Un adolescente gay logró que su colegio evangélico le pidiera disculpas: “Mi sexualidad no tiene que ver con Dios”

Un adolescente de 15 años de Sogamoso, Colombia, denunció las humillaciones homófobas que vivió en su colegio evangélico y logró que la Corte Constitucional de ese país ordenara a la institución disculparse, reincorporarlo y tomar medidas contra la discriminación LGBTQI+. Los hechos ocurrieron entre 2023 y 2024 luego de que una profesora lo acusara de ser gay y tras ello, el colegio lo expulsara por su orientación sexual. La Corte resaltó “un fuerte compromiso con la justicia y una madurez admirable” por parte del joven, simplemente conocido como Rubén.
El colegio intentó anular la sentencia alegando que no hubo discriminación porque no conocían la orientación sexual de Rubén, y justificando las sanciones con supuestas faltas disciplinares y su libertad religiosa. Sin embargo, la Corte rechazó este recurso recientemente y repudió la postura de la institución. El tribunal explicó que la libertad religiosa debe armonizarse con una educación inclusiva y con respetos a los derechos humanos, sin permitir la discriminación.
La religión fue uno de los aspectos más complejos del caso: en la escuela obligaban a ver un documental que promueve dejar la homosexualidad a través de la fe, y una psicóloga argumentó que la Corte había vulnerado lo religioso. Para Rubén, “su sexualidad no tiene nada que ver con Dios” y subrayó que “la Biblia dice que Dios es amor”, defendiendo que la religión no debe ser usada para generar odio. Él mantiene su fe, pero separa su orientación sexual de las creencias religiosas.
El apoyo de su hermana mayor fue clave para que el adolescente emprendiera acciones legales. Ella convenció a sus padres de respaldar la denuncia y de acompañarlo en el proceso judicial, lo que cambió la actitud familiar hacia él. La denuncia inicial ante una ONG feminista surgió cuando Rubén defendió a compañeras sancionadas injustamente y decidió hablar, aun sabiendo las posibles consecuencias. A pesar de la expulsión y trabas administrativas, nunca se arrepintió de su decisión.
Después de que un tribunal de segunda instancia ordenara su reincorporación, la ONG Colombia Diversa lo motivó a escalar el caso a la Corte Constitucional. Recibió una carta de felicitación por parte de los magistrados y aunque su colegio mejoró su comportamiento por obligación, Rubén continúa estudiando allí para evitar gastos y desgaste. Aún mantiene un perfil reservado y no ha salido públicamente, pero se muestra firme en su lucha por la igualdad.
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