Un estudio reciente demostró que el tetrahidrocannabinol (THC), el principal ingrediente activo del cannabis, invierte los signos convencionales del envejecimiento cerebral en ratones, un descubrimiento que podría ayudar a encontrar formas de mantener nuestros cerebros más sanos y agudos durante más tiempo a medida que envejecemos. El nuevo estudio, publicado en ACS Pharmacology & Translational Science, se basa en lo que ya se sabía sobre el sistema endocannabinoide y el receptor cannabinoide de tipo 1 (CB1) en el cerebro, y su relación con el deterioro cognitivo gradual que se produce con la edad.

Es más, el equipo de Alemania e Israel pudo observar cómo se producían los efectos antienvejecimiento: a través de una vía de señalización que implicaba a la proteína mTOR, asociada a la regulación saludable del metabolismo celular, y de ahí al metaboloma (la composición general de pequeñas moléculas en el cuerpo). “Ahora hemos podido demostrar que el tratamiento con THC tiene un efecto dual y dependiente del tejido sobre la señalización mTOR y el metaboloma”, afirmó el biólogo molecular Andras Bilkei-Gorzo, de la Universidad de Bonn, Alemania.

Algunos de los mismos investigadores habían descubierto anteriormente que dosis bajas de cannabis podían mejorar la memoria y la capacidad de aprendizaje en ratones envejecidos, lo que sugería que podría existir una relación entre el THC y la cognición que merecía la pena explorar. En este estudio, se utilizaron dos grupos de ratones: ratones jóvenes de unos cuatro meses y un grupo de más edad, de unos 18 meses. Algunos ratones de cada grupo de edad recibieron una dosis baja diaria de THC durante 28 días, y los efectos se compararon con los de los controles de la misma edad.

Los ratones tratados con THC mostraron un aumento de la actividad mTOR en el cerebro y de la producción de más proteínas necesarias para formar nuevas sinapsis entre neuronas, lo que contribuye a casi todos los aspectos de la función cerebral. Es más, la actividad mTOR en el tejido adiposo disminuyó del mismo modo que lo hace con una dieta de control calórico: en otras palabras, el cuerpo empieza a ralentizar algunos de sus procesos de producción, de una forma que también ha demostrado ralentizar el envejecimiento biológico.

“Llegamos a la conclusión de que el tratamiento a largo plazo con THC tiene inicialmente un efecto de mejora de la cognición al aumentar la energía y la producción de proteínas sinápticas en el cerebro, seguido de un efecto antienvejecimiento al disminuir la actividad de mTOR y los procesos metabólicos en la periferia”, afirma Bilkei-Gorzo. Se trata de hallazgos potencialmente muy interesantes para proteger la salud cerebral en la vejez. Sabemos por estudios anteriores que el THC podría desempeñar un papel en el retraso de la aparición de la demencia, y la droga afecta claramente al cerebro de algunas formas bastante fundamentales. Sin embargo, todo esto aún debe observarse en humanos, y si estos mecanismos pueden aprovecharse de forma saludable, hay esperanzas de que se produzcan importantes mejoras en la salud cerebral.

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