El socialista Zohran Mamdani hizo historia este martes al convertirse en el nuevo alcalde de Nueva York tras imponerse con el 50,4 % de los votos, frente al 41,6 % del exgobernador demócrata Andrew Cuomo y el 7 % del republicano Curtis Sliwa, según datos oficiales de la Junta Electoral y confirmación de Associated Press. A sus 34 años, Mamdani será el primer alcalde musulmán de la ciudad y el más joven en más de un siglo, una combinación que refleja el viraje político y cultural de la metrópoli más emblemática del país.

Nacido en Kampala (Uganda) en 1991, hijo de la cineasta Mira Nair y del académico Mahmood Mamdani, el nuevo regidor representa la nueva cara de la izquierda estadounidense. Su ascenso, impulsado por los Socialistas Democráticos de América (DSA), combina idealismo y pragmatismo: una campaña basada en medidas tangibles como autobuses gratuitos, congelación de alquileres controlados hasta 2030 y guarderías sin coste para niños menores de cinco años. Su equipo movilizó a decenas de miles de voluntarios —más de 50 000, según estimaciones locales— que tocaron más de 1,5 millones de puertas en los barrios más castigados por el costo de la vida.

Mamdani se apoyó en una estrategia digital calculada, con videos virales y una narrativa directa sobre la asequibilidad, el tema que más preocupa a los neoyorquinos. En la noche de su victoria, mientras las agencias proyectaban su triunfo, publicó en X un breve clip rodado en el metro, con el letrero “City Hall” y una voz anunciando: “Próxima parada, el Ayuntamiento”. El gesto, simple y simbólico, condensó el mensaje de su campaña: que la política puede llegar desde abajo y hablar el lenguaje cotidiano de la gente.

A partir del 1 de enero de 2026, cuando jure el cargo, comenzará el verdadero reto. Su triunfo —en una elección con más de dos millones de votantes, la mayor participación desde 1969— obliga a replantear el rumbo del Partido Demócrata, debilitado tras la derrota presidencial de 2024. Mientras el expresidente Donald Trump critica el giro progresista y amenaza con recortar fondos federales para la ciudad, Mamdani promete “plantar cara al poder, venga de donde venga”. En una era de desigualdad y desafección, su victoria sugiere que el futuro político de Estados Unidos podría estar naciendo otra vez en los barrios de Nueva York.

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