Ya proliferan apps de IA que crean vídeos de personas besándose sin su consentimiento

La proliferación de aplicaciones de inteligencia artificial (IA) en estos días no es extraña de ver, pero lo que sí está provocando preocupación son aquellas que permiten a los usuarios crear videos de personas besándose sin su consentimiento. Un reporte de Futurism explica que estas herramientas, que facilitan la creación de clips realistas, están inundando las redes sociales. Aunque algunas aplicaciones intentan presentar un uso más benigno, como generar videos de abuelos compartiendo un beso, muchas rápidamente se desvían hacia un terreno más oscuro, promoviendo la creación de videos de personas que desconocen lo que está sucediendo con su imagen.
Entre las aplicaciones más destacadas se encuentra Fotorama, que se presenta como un generador de videos de “besos y abrazos”. Esta aplicación está clasificada como segura para niños a partir de cuatro años en la App Store de iOS y para todos en Google Play. Sin embargo, otros servicios son mucho más explícitos sobre sus capacidades. Por ejemplo, AIKiss.AI se vanagloria de su habilidad para crear videos de besos realistas sin necesidad de experiencia técnica.
El auge de estas aplicaciones coincide con un aumento generalizado en el uso de tecnología generativa para crear contenido íntimo no consensuado. La pornografía deepfake ha ganado popularidad, especialmente aquella que involucra a mujeres en el ojo público. Este fenómeno ha llevado a la creación de imágenes y videos que representan a personas sin su consentimiento, lo que ha resultado en una serie de casos preocupantes, incluyendo la creación de material sexual abusivo infantil mediante IA.
Los expertos advierten sobre las implicaciones éticas y legales del uso de estas tecnologías. Las aplicaciones que generan videos íntimos pueden ser utilizadas para acosar o humillar a personas, desde estudiantes hasta figuras públicas. La facilidad con la que se pueden crear estos contenidos plantea un riesgo significativo, ya que los usuarios pueden generar videos sin el conocimiento o el consentimiento de los sujetos involucrados.
Además, la falta de regulación en torno a estas aplicaciones significa que muchas operan en un área gris entre el contenido aceptable y el pornográfico. Aunque algunos desarrolladores intentan presentar estas herramientas como formas inofensivas de expresión romántica, las posibilidades para el abuso son alarmantemente amplias. Esto incluye desde estudiantes creando videos íntimos de compañeros hasta depredadores adultos utilizando estas tecnologías para explotar a menores.
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