The Dare
What's Wrong With New York?

Si aún no has oído hablar de The Dare, pues llegó el momento de que te familiarices con Harrison Patrick Smith. Si tienes 30 minutos libres o un viaje en metro pendiente, su disco debut, What’s Wrong With New York? es la oportunidad perfecta para saber por qué hay tanta gente obsesionada con este músico y productor, al que casi siempre podemos encontrar vestido de traje. Si tuviste un verano Brat, es posible que ya estés familiarizado con su trabajo, pues desde producir Guess, el sensual éxito de Charli xcx y Billie Eilish, hasta encabezar el renacimiento de la escena electroclash de Nueva York con sus noches de club Freakquencies, este hombre parece haberse encargado de revivir la era indie sleaze de mediados de los 2000, esa en la que LCD Soundsystem, Yeah Yeah Yeahs y The Strokes dominaban nuestros iPods, y revisábamos websites como Suicide Girls o Last Night’s Party, con sus fotos de fiestas dionisíacas llenas de flashes brillantes que invadían momentos sudorosos en las afterparties neoyorquinas de la era y que definieron toda una estética en la cultura pop.
Sin duda, su asociación con Charli ha elevado su perfil de manera increíble en el último año, pues hasta lo vimos mezclando con ella en el Boiler Room de la británica en Ibiza, y esnifando un polvillo blanco bajo la mesa. Todo esto forma parte de la cultivada imagen de The Dare, que canta temas tan sucios que TikTok terminó abrazándolo gracias a su tema Girls, un banger bailable en el que básicamente habla de tener sexo con todo lo que se mueve, de que se follaría un agujero en la pared si se encontrara en la cárcel, o de que le gustan tanto las chicas que hasta le gustan las que tapan el desagüe de la ducha con los pelos del culo. Es una canción tan absolutamente ridícula que no te queda otra que reírte, cantar con él y dejarte llevar por su mundo de clubes con el piso pegajoso, colillas de cigarro por todas partes, un poco de cocaína y sexo desmedido. Casi parece imposible creer que antes de esto era profesor sustituto.
Tras su primer EP, Sex, publicado el año pasado, escuchar What’s Wrong With New York? se siente como un debut lleno de confianza y sex appeal. Con colaboradores como Dylan Brady (de 100 gecs), Emile Haynie (Lana Del Rey, FKA twigs, Dua Lipa), Romil Hemnani (Brockhampton), Chris Greatti (Yves Tumor, Yeule), Isaac Eiger (de Strange Ranger) y más, es un disco compacto y al punto con 10 canciones que no llegan a los 30 minutos. La bacanal de The Dare comienza con Open Up, en donde nos pide que liberemos nuestra mente, pues “nuestro culo nos seguirá”, preparando un poco el terreno para la lujuria electroclash que nos espera con guitarras distorsionadas, sintetizadores tartamudeantes y una magnética energía dance-punk que nos recuerda a CSS. Luego está Good Time, con breaks saturados de bajos y un estribillo que dice: Touch me, then say you need me / Fuck me, like we were meant to be, girl / I got no money / You got no money / We got a good time. Y sí, la mayoría de los tracks hablan de fiestas, de él invitando a gente a beber, bailar y follar. Es divertido. En Perfume, huele demasiado bien y eso atrae a la gente (el clip es literalmente un anuncio de Calvin Klein, por cierto), y lo mismo ocurre con I Destroyed Disco y You’re Invited, que impregnan el sudor y la histeria de una noche de club indie en un sórdido sótano de Manhattan.
También hay momentos con toques industriales y techno más personales: Elevation, por ejemplo, es un tema puramente progresivo con un sintetizador que va ganando potencia y una letra que no habla de follar y salir de fiesta, muy acertada aunque se haya dicho mil veces: But there’s no escaping, no escaping / No escaping love. El comienzo de You Can Never Go Home nos lleva por un paisaje sonoro similar al de los franceses de Justice, Movement nos lleva por un subidón de drogas con distorsiones casi psicodélicas, y You Can Never Go Home, la canción que cierra el álbum, pone el broche final con un mood tan hedonista como autodestructivo: So don’t look back tonight / Tonight is all we know / Just leave everything behind / ‘Cause you can never go home.
Los críticos más acérrimos de The Dare pueden decir que el repertorio de Harrison Patrick Smith depende de la nostalgia, pueden decir que es derivativo y que no aporta nada nuevo. Y puede que tengan razón. Pero en un panorama musical que suele estancarse en ciertos artistas o ciertos géneros, este álbum se siente como un sacudón de un millón de voltios para quienes están cansados de escuchar lo mismo. Es un llamado a sacarse las telarañas y ponerse a tono antes de una noche de fiesta, reviviendo la era dorada de mediados de los 2000, o al menos sintiendo un poco cómo era. En este disco no hay responsabilidades de la vida adulta, estrés, malas vibras ni realidad. Es como una polaroid de una noche depravada en Nueva York con un soundtrack brillante, producido con mano de seda y aesthetics de hace 20 años para crear pop desenfadado, bailable y, sobre todo, muy, muy trashy. The Dare sabe cómo dar una fiesta para el recuerdo.
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