Una provincia canadiense despenaliza la posesión de drogas como la heroína, la cocaína y el fentanilo

Una provincia canadiense despenalizó este martes la posesión de pequeñas cantidades de cocaína, heroína, fentanilo y otras drogas duras, en un cambio radical de política para hacer frente a la crisis de sobredosis de opiáceos que ha causado miles de muertes. Los adultos que posean hasta 2,5 gramos de estas drogas, en lugar de enfrentarse a penas de cárcel o multas, recibirán información sobre cómo acceder a programas de tratamiento de adicciones. La policía tampoco confiscará sus drogas.
Los vendedores y traficantes de drogas duras, sin embargo, seguirán enfrentándose a acciones penales durante los tres años del proyecto piloto que se lleva a cabo en la Columbia Británica. “La situación nunca ha sido tan urgente”, declaró la Ministra de Adicciones, Carolyn Bennett, en una rueda de prensa celebrada la víspera de la entrada en vigor de las nuevas normas. “Los efectos de esta crisis de salud pública han devastado comunidades en toda la Columbia Británica y en todo Canadá”, afirmó. Cuando se anunció la medida el pasado mes de mayo, Bennett sugirió que podría ampliarse a otras provincias.
Columbia Británica es el epicentro de una crisis que ha visto más de 10.000 muertes por sobredosis desde que se declaró una emergencia de salud pública en 2016. Eso representa unas seis personas que mueren cada día por intoxicación de drogas tóxicas en la provincia de cinco millones de personas, superando las muertes de Covid-19 al inicio de la pandemia. En todo el país, el número de víctimas mortales ha superado las 30.000.
Las autoridades esperan que el cambio de política elimine el estigma asociado al consumo de drogas, que impide a la gente buscar ayuda, y fomente la noción de que la adicción es un problema de salud.
La responsable de salud pública de la Columbia Británica, Bonnie Henry, afirmó que el estigma y la vergüenza que rodean al consumo de drogas “empujan a la gente a ocultar sus adicciones”. “Esto significa que muchas personas mueren solas”, afirmó.
Canadá ha gastado más de 800 millones de dólares para intentar frenar la crisis de los opiáceos, entre otras cosas en tratamiento de la adicción, suministro de Naloxona y apertura de 39 puntos de consumo supervisado de drogas en todo el país. Bennett destacó éxitos como las más de 42.000 sobredosis revertidas en puntos de inyección seguros y las más de 209.000 personas derivadas a servicios sanitarios y sociales en los últimos años. Pero reconoció también “que el acceso al tratamiento sigue siendo una laguna” en la que se está trabajando.
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