Una mayor visibilidad de personas trans ha traído como consecuencia más crímenes de odio, según reporte

En un mundo ideal, la celebración de la visibilidad trans debería ser motivo de orgullo, y por lo general lo es: no solo normaliza esta identidad tan golpeada por la ola conservadora que rodea al mundo en estos momentos, sino que le demuestra a cada persona trans en el mundo que son válidos, queridos, y respetados. Sin embargo, parece que la agenda conservadora de demonizar a esta minoría ha tenido consecuencias preocupantes: un reporte de The Advocate publicado esta semana revela que la visibilidad de las personas trans ha traído como consecuencia más crímenes de odio contra ellas.
El informe, centrado en diversas comunidades de los Estados Unidos, dice que por ejemplo, los delitos de odio contra personas transgénero en el condado de Los Ángeles alcanzaron en 2022 su nivel más alto en 20 años, con 44 registrados. Carla Ibarra, una filipina trans que trabaja como Enlace LGBTQIA+ del Departamento de Derechos Civiles + Humanos y Equidad de la Ciudad de Los Ángeles, dice que la situación es preocupante: “Es agotador. Incluso yo, que estoy en el servicio de la ciudad, que tiene los beneficios de ser empleada de la ciudad y está rodeada de compañeros increíbles y de apoyo, he experimentado la peor parte del trauma que viene como una persona trans… el estrés constante de tener que estar en modo hipervigilante, tener que vigilar siempre mi espalda”.
Según el reporte, las personas transgénero de color, especialmente las mujeres, corren el mayor riesgo de sufrir agresiones y se enfrentan a retos únicos en lo que respecta al acceso a la atención médica, la discriminación en el trabajo y los prejuicios de las fuerzas del orden. Bamby Salcedo, activista transgénero de origen mexicano que dirige el grupo de defensa TransLatin@ Coalition, explica que la misma policía tiene un historial de violencia con las personas trans. “Muchas veces, cuando llamamos a la policía, ésta suele revictimizarnos y culparnos por ser quienes somos. Incluso han llegado a decir que si no fuéramos quienes somos, este tipo de [delitos] no nos ocurrirían (…) “Estas instituciones están muy corrompidas y creo que es importante comprender que la mentalidad de las fuerzas del orden está muy militarizada: todos los demás son el enemigo”, añadió. “Así que nos tratan como tales, en lugar de mirarnos de una manera humana y compasiva”. También dijo: “Con la visibilidad, la violencia hacia nosotros ha aumentado. Nos acosan verbalmente todos los días, y muchas veces nos agreden físicamente. Esa es la realidad para nosotras. La verdad es que ser una mujer trans, cuando vamos por la calle… es un acto revolucionario”.
En consecuencia, una de las cosas más preocupantes que sucede con la población trans (y por extensión, con la LGBTQI+), es que los delitos motivados por el odio siguen sin denunciarse. El número de delitos motivados por el odio denunciados nunca se acerca al total general, incluidos los incidentes no denunciados. Marshall Wong, analista principal de datos de la Comisión de Relaciones Humanas del Condado de Los Ángeles, cuenta que es difícil determinar si el aumento de los delitos motivados por el odio se debe a un incremento de los delitos realmente cometidos o a una mayor concienciación sobre qué es un delito motivado por el odio y cómo denunciarlo. “Es probable que se deba a una mezcla de ambas cosas”, señalando que los delitos motivados por el odio siguen siendo muy poco denunciados a pesar de los recientes repuntes. Además, destaca que lo que sucede en L.A. es una muestra de lo que pasa en el resto del país, con incidentes similares en aumento en todas partes.
La presidenta de la Human Rights Campaign, Kelley Robinson, declaró que el aumento de los delitos de odio contra las personas trans y queer “no es inesperado” debido al “flujo constante de retórica hostil por parte de figuras marginales contrarias a la igualdad, junto con la incesante aprobación de proyectos de ley discriminatorios, en particular los dirigidos contra las personas transgénero”, lo que le da aprobación a personas con tendencia violenta a responder a esta retórica. Aunque el asesinato y el intento de asesinato representaron el 0,45% de todos los delitos de odio registrados entre 2003 y 2022, las personas transgénero se enfrentan a un mayor riesgo de asesinato que cualquier otro subconjunto de la comunidad LGBTQI+. En noviembre, la Human Rights Campaign Foundation publicó su informe anual sobre violencia mortal, según el cual el 90% de los asesinados eran personas de color, y 7 de cada 10 eran mujeres transgénero.
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