Un nuevo fármaco elimina cánceres agresivos en los pacientes de un pequeño ensayo clínico

Un nuevo fármaco diseñado para combatir el cáncer ha demostrado resultados prometedores en un pequeño ensayo clínico realizado por investigadores de la Universidad Rockefeller. El estudio, publicado en la revista Cancer Cell, reporta que el anticuerpo agonista CD40, indicado como 2141-V11, fue probado en 12 pacientes con diversos tipos de cáncer metastásico, incluyendo melanoma, carcinoma de células renales y varios tipos de cáncer de mama, obteniendo reducciones tumorales significativas y, en dos casos, la desaparición completa del cáncer. El ensayo se llevó a cabo inyectando el fármaco directamente en los tumores, buscando activar el sistema inmunitario y evitar efectos secundarios graves que presentaban estudios previos.
De los doce pacientes tratados, seis experimentaron una reducción generalizada de sus tumores, mientras que dos alcanzaron una remisión completa. Uno padecía melanoma con múltiples tumores metastásicos en la pierna y el pie, y otro tenía cáncer de mama metastásico con tumores en la piel, el hígado y los pulmones. En ambos casos, se inyectó el anticuerpo únicamente en un tumor local y, tras repetidas aplicaciones, los tumores en otras partes del cuerpo desaparecieron. “La paciente con melanoma tenía docenas de tumores metastásicos en la pierna y el pie, y solo inyectamos un tumor en el muslo. Tras múltiples inyecciones en ese tumor, todos los demás desaparecieron. Lo mismo ocurrió con la paciente con cáncer de mama metastásico”, explicó Jeffrey V. Ravetch, líder del estudio.
El anticuerpo 2141-V11 es una versión mejorada de los agonistas CD40 que se investigan desde hace dos décadas. Anteriormente, el uso de estos anticuerpos generaba efectos secundarios graves debido a la administración intravenosa, que activaba células no cancerosas en el cuerpo. Para evitar estos problemas, el equipo optó por administrar el fármaco directamente en los tumores, lo que limitó la toxicidad y permitió una fuerte activación del sistema inmune en el microambiente tumoral: esta estrategia “solo mostró una toxicidad leve” y resultó en una respuesta sistémica, un fenómeno raro en tratamientos oncológicos.
Los análisis de tejido tumoral indicaron que el fármaco promueve la formación de estructuras similares a ganglios linfáticos dentro del tumor, llamadas estructuras linfoides terciarias, que contienen diversas células inmunitarias, como células dendríticas, linfocitos T y linfocitos B maduros. Estas estructuras generan un ambiente inmunológico activo que ayuda a combatir el tumor. “Nos sorprendió ver cómo los tumores se llenaron de células inmunitarias que formaron agregados similares a ganglios linfáticos”, comentó Juan Osorio, oncólogo del Centro de Cáncer Memorial Sloan Kettering y primer autor del artículo.
El éxito del ensayo ha dado pie a que se realicen nuevos estudios clínicos en fases 1 y 2 para evaluar la eficacia de este anticuerpo en cánceres difíciles como el de vejiga, próstata y glioblastoma, con la participación de casi 200 pacientes. El objetivo es entender mejor por qué algunos pacientes responden positivamente mientras otros no y cómo se puede mejorar el tratamiento. Pero atención: aunque los resultados son alentadores, se reconoce que el tamaño pequeño de la muestra y la necesidad de un seguimiento a largo plazo son limitaciones importantes.
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