Un grupo de científicos lograron construir aparatos electrónicos biodegradables a base de hongos

La basura electrónica, o e-waste, es un gran contaminante y un tema de gran preocupación no solo para quienes se preocupan del medio ambiente, sino también para el mundo de la tecnología. Sin embargo, de acuerdo con un equipo de investigadores de la Universidad Johannes Kepler de Linz, Austria los hongos podrían resolver el problema de los residuos electrónicos, pues creen que la piel procesada de los hongos puede utilizarse para construir aparatos electrónicos biodegradables.
Estos aparatos, apodados MycelioTronics por el componente del hongo utilizado en su construcción, podrían ser un primer paso para sustituir los materiales no biodegradables y difíciles de reciclar, reduciendo potencialmente al menos parte de los residuos electrónicos que generamos. El estudio, publicado en la revista Science Advances, muestra cómo la piel del micelio puede utilizarse para sustituir a los polímeros plásticos en la fabricación de bases de circuitos impresos. Estas placas de circuito están compuestas por varios componentes que son difíciles de eliminar y reciclar. En cambio, los sustratos fabricados con piel de micelio se degradan cuando se exponen a la luz y la humedad, lo que permite separar fácilmente los componentes reciclables.
“El sustrato en sí es la parte más difícil de reciclar”, explica a New Scientist Martin Kaltenbrunner, investigador de la Universidad Johannes Kepler de Linz, Austria y uno de los científicos de este proyecto. “También es la parte más grande de la electrónica”. Esta solución, como la mayoría de los descubrimientos científicos, fue “más o menos un hallazgo accidental”, según Kaltenbrunner. El estudio se centró en el Ganoderma lucidum, un tipo de seta con una piel brillante que cubre su micelio. Los investigadores retiraron esta piel y la trataron más a fondo, descubriendo rápidamente que cuando se seca, el material es flexible, duradero y capaz de tolerar altas temperaturas.
Según los investigadores, el micelio tiene el potencial de acelerar la transición hacia una economía circular que se aleje del modelo de producción y consumo “toma, hace, desecha”. Al parecer, el material biológico tiene una vida útil muy larga, suponiendo que se mantengan separados de los rayos UV. Además, el sustrato puede enterrarse simplemente en la tierra cuando llegue el momento de deshacerse del dispositivo, donde se biodegradará y se separará de forma natural de las partes del ordenador más reciclables.
Según un comunicado de prensa, el material se probó colocando un chip de ordenador estándar sobre él. Los investigadores comprobaron que el rendimiento de la piel de hongo era excepcional. La esperanza es que los sustratos de piel de micelio utilizados en dispositivos electrónicos portátiles y sin ataduras puedan algún día reducir significativamente las crecientes montañas de residuos electrónicos, aunque todavía no sean adecuados para la fabricación masiva.
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