El Parlamento de Uganda aprobó esta semana una ley antigay que propone nuevas y severas penas para las relaciones homosexuales y criminaliza a cualquier persona que se identifique como LGBTQI+. Aunque más de 30 países africanos, entre ellos Uganda, ya prohíben las relaciones homosexuales, la nueva ley aprobada el martes parece ser la primera que ilegaliza la mera identificación como lesbiana, gay, bisexual, transexual y queer (LGBTQ), señaló Human Rights Watch.

La presidenta del Parlamento, Anita Annet Among, dijo tras la aprobación final que el “proyecto de ley se aprobó en un tiempo récord”. Los legisladores modificaron partes significativas del proyecto de ley original, y todos menos uno se pronunciaron en contra. Los partidarios de esta dura legislación afirman que es necesaria para castigar una gama más amplia de actividades LGBTQI+, que según ellos amenazan los valores tradicionales de esta nación conservadora y religiosa de África Oriental.

Además de las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, la ley prohíbe “promover e instigar la homosexualidad”, así como la “conspiración para practicar la homosexualidad”. Las infracciones de la ley también conllevan penas severas, como la pena de muerte por homosexualidad “con agravantes” y cadena perpetua por relaciones homosexuales. Según la ley, la homosexualidad agravada implica el sexo gay con menores de 18 años o cuando una persona es seropositiva, entre otras categorías.

“Una de las características más extremas de este nuevo proyecto de ley es que criminaliza a las personas simplemente por ser quienes son, además de vulnerar aún más los derechos a la intimidad y las libertades de expresión y asociación, que ya están comprometidos en Uganda”, manifestó Oryem Nyeko, experto en Uganda de Human Rights Watch. “Los políticos ugandeses deben centrarse en aprobar leyes que protejan a las minorías vulnerables y afirmen los derechos fundamentales, y dejar de apuntar a las personas LGBTQI+ para obtener capital político”, afirmó.

La legislación se enviará ahora al Presidente Yoweri Museveni para que la firme y la convierta en ley. Aunque este no ha hecho comentarios sobre la legislación actual, se opone desde hace tiempo a los derechos LGBTQI+ y firmó una ley anti-LGBTQI+ en 2013 que los países occidentales condenaron antes de que un tribunal nacional la anulara por motivos de procedimiento. El debate sobre el proyecto de ley en el Parlamento estuvo salpicado de retórica homófoba, en la que los políticos confundían los abusos sexuales a menores con las relaciones sexuales consentidas entre adultos del mismo sexo. “Nuestro Dios creador se alegra de lo que está ocurriendo… Apoyo el proyecto de ley para proteger el futuro de nuestros hijos”, declaró el legislador David Bahati durante el debate sobre el proyecto. “Se trata de la soberanía de nuestra nación, nadie debe chantajearnos, nadie debe intimidarnos”.

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