Resulta que beber unas cuantas tazas de café al día puede servir para algo más que para darte esa dosis de energía que necesitas durante el día: al parecer, algunas deliciosas tazas podrían ayudarnos a vivir un poco más. Un estudio publicado recientemente en la revista European Journal of Preventive Cardiology explica que tomar entre dos y tres tazas de café al día ayuda a las personas a vivir más tiempo y a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

¿Lo importante? Estos beneficios se observaron independientemente de si el café tenía cafeína o no, o de si era café molido o instantáneo, según un análisis de los hábitos de casi 450.000 personas. “El café molido, el instantáneo y el descafeinado se asociaron con reducciones equivalentes en la incidencia de enfermedades cardiovasculares y de muerte por enfermedad cardiovascular o por cualquier causa”, dijo el autor del estudio, Peter Kistler. “Los resultados sugieren que la ingesta de leve a moderada de café molido, instantáneo y descafeinado debería considerarse parte de un estilo de vida saludable”.

El estudio analizó específicamente la relación entre el consumo leve de café y los problemas cardiovasculares, como la cardiopatía coronaria, la insuficiencia cardíaca congestiva y el accidente cerebrovascular isquémico. Los participantes no padecían estas dolencias al inicio del estudio y los investigadores les preguntaron cuánto y qué tipo de café bebían a diario, si es que lo hacían. Luego de hacer un seguimiento de 12,5 años a los participantes, se diagnosticaron enfermedades cardiovasculares en más de 43.000 participantes, el 9,6% del total.

Los investigadores descubrieron que quienes tomaban de dos a tres tazas de café al día tenían el menor riesgo de desarrollar la enfermedad, y los que bebían café molido, instantáneo y descafeinado vieron reducidas sus probabilidades en un 20%, 9% y 6%, respectivamente. A otras 30.100 personas se les diagnosticó arritmia. Mientras que el café molido y el instantáneo redujeron el riesgo de padecerla, el café descafeinado no ayudó, según los investigadores. A diferencia de otras áreas, beber más café marcó la diferencia para esta afección, siendo los que bebían de cuatro a cinco tazas al día los que experimentaron la menor reducción del riesgo. Los que beben de dos a tres tazas también vieron un riesgo significativamente reducido.

Al final del estudio, 27.809 (6,2%) de los participantes habían muerto. Sin embargo, se descubrió que todos los tipos de café estaban relacionados con una reducción de la muerte por cualquier causa, y que de dos a tres tazas al día eran los que presentaban mayores beneficios. El café molido, el descafeinado y el instantáneo se relacionaron con un 27%, 14% y 11% menos de probabilidad de muerte, respectivamente. Kistler señaló que el café tiene más de 100 componentes biológicamente activos, y que “no se debe desaconsejar el consumo de cantidades modestas de café de todo tipo, sino que puede disfrutarse como un comportamiento saludable para el corazón”.

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