Starmer amenaza tras la escalada de violencia y el ataque a un hotel con inmigrantes en Reino Unido: “Se arrepentirán”
El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, condenó enérgicamente el ataque perpetrado el domingo contra un hotel que albergaba a solicitantes de asilo, en el que resultaron heridos al menos diez policías, uno de ellos de gravedad, y lo calificó de “matonismo de extrema derecha”, al tiempo que se desataba la violencia en todo el país tras el apuñalamiento en una clase de baile que se saldó con tres niñas muertas y muchos más heridos.
En una declaración desde el número 10 de Downing Street, Starmer prometió que las autoridades “harán todo lo necesario para llevar a estos matones ante la justicia” y que ésta será rápida. “Les garantizo que se arrepentirán de haber participado en estos desórdenes, ya sea directamente o a través de Internet, para luego huir”, dijo. “Esto no es una protesta, es matonismo organizado y violento, y no tiene cabida en nuestras calles ni en Internet”.
Starmer hablaba tras otro día de violencia de extrema derecha, que fue especialmente aguda en la ciudad de Rotherham, en el norte de Inglaterra, donde la policía luchó por contener a cientos de enmascarados de ultraderecha que intentaron irrumpir en un hotel Holiday Inn Express que se utilizaba como alojamiento para solicitantes de asilo. Antes de controlar en cierta medida los disturbios, los agentes de policía con escudos se enfrentaron a un aluvión de proyectiles, incluidos trozos de madera, sillas y extintores.
“El comportamiento que hemos presenciado ha sido poco menos que repugnante. Aunque fueron pocos los asistentes que decidieron cometer actos violentos y destructivos, los que simplemente se quedaron mirando son absolutamente cómplices de ello”, declaró Lindsey Butterfield, Subjefa de Policía. “Tenemos agentes trabajando duro, revisando las considerables imágenes y filmaciones en línea de los implicados, y deben esperar que estemos a sus puertas muy pronto”. Los agitadores de extrema derecha han tratado de sacar partido del ataque con arma blanca de la semana pasada aprovechando la preocupación por la magnitud de la inmigración en el Reino Unido, en particular las decenas de miles de inmigrantes que llegan en pequeñas embarcaciones desde Francia a través del Canal de la Mancha, con consignas como “Detengan los barcos”.
Las tensiones también aumentaron en la ciudad de Middlesbrough, al noreste del país, donde algunos manifestantes se libraron de la vigilancia policial. Un grupo recorrió una zona residencial rompiendo los cristales de casas y coches. A la pregunta de un residente de por qué rompían ventanas, un hombre respondió: “Porque somos ingleses”. Otros cientos de personas se enfrentaron a la policía con escudos, lanzando ladrillos, latas y ollas a los agentes. Starmer dijo que cualquiera que se enfrente a la gente por el color de su piel o su fe es de extrema derecha. “La gente de este país tiene derecho a estar segura y, sin embargo, hemos visto cómo se atacaba a comunidades musulmanas, a mezquitas, a otras comunidades minoritarias, saludos nazis en la calle, agresiones a la policía, violencia gratuita y retórica racista, así que no me resisto a llamarlo por su nombre: matonismo de extrema derecha”, afirmó.
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