La destreza musical se ha considerado durante mucho tiempo un rasgo atractivo, pero también suele provocar un sentimiento de celos. Todos conocemos la experiencia universal de descubrir con cierta vergüenza que alguien con mucho éxito tiene la misma edad que tú. Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista Evolutionary Behavioral Sciences indica que los hombres heterosexuales se dedican a tocar la guitarra eléctrica en géneros de metal extremo para tratar de impresionar a otros hombres heterosexuales.

Este dato científico tan específico viene por cortesía de los investigadores Tara DeLecce, Farid Pazhoohi (de la Universidad de Columbia Británica), Anna Szala y Todd K. Shackelford, cuyo trabajo fue referido en un tuit por el programa de televisión británico Quite Interesting el pasado 2 de octubre. En nombre de la Asociación Americana de Psicología (APA), el estudio se publicó bajo el seductor título de Extreme Metal Guitar Skill: A Case of Male–Male Status Seeking, Mate Attraction, or Byproduct? y sirve para responder a la vieja pregunta: ¿por qué la gente hace arte en público?

Research shows that heterosexual men who learn to play extreme metal guitar are mostly motivated to do so in order to impress other heterosexual men.

— Quite Interesting (@qikipedia) October 2, 2022

“Hay dos hipótesis principales que compiten por la función de la música: selección sexual o subproducto de la complejidad del cerebro humano”, dice el resumen del estudio, afirmando lo obvio. Los académicos continúan señalando que, a pesar de la evidencia de que la habilidad musical aumenta el atractivo masculino, podría no ser mutuamente exclusivo de cada tipo de música. Sabemos que el metal extremo es un género dominado por los hombres tanto entre los fans como entre los músicos, por lo que los psicólogos sugieren que aumentar las posibilidades de éxito sexual de un hombre heterosexual parece una motivación poco probable para la fuerte inversión de tiempo que supone aprender las técnicas necesarias para tocar en este estilo. En su lugar, creen que podría tratarse de una versión ligeramente diferente del “pensamiento del falo”, es decir, lo hacen para demostrar de alguna manera que lo tienen más grande.

Tras encuestar a 44 individuos que se identifican como varones heterosexuales y guitarristas de metal sobre sus hábitos de práctica, su comportamiento sexual y sus sentimientos de competitividad intrasexual, DeLecce y sus compañeros pudieron hipotetizar que el tiempo dedicado a tocar puede predecir el deseo de tener sexo casual con las mujeres, pero las percepciones de la velocidad al tocar se correlacionaron positivamente con el deseo de impresionar a otros hombres. “Estos resultados ofrecen un apoyo exploratorio preliminar para el modelo de competencia de estatus [de la exhibición cultural]”, concluyeron. “Sin embargo, tampoco descartan por completo ninguna de las tres hipótesis”, que también incluye el modelo de cortejo cultural (es decir, querer tener un poco de sexo) o la hipótesis del subproducto, que argumenta que la expresión musical no sirve para nada y es un vástago de la alta inteligencia en los humanos. Sí, claro.

En resumen, es posible que memorizar todos esos patrones hexatónicos no fuera para conseguir chicas, ya que, según Adam Levine, “ninguna chica guapa” escucha metal de todos modos. Puedes leer el estudio completo en este enlace, y si eres un hombre heterosexual, pues luego puedes irte a tocar un poco de metal extremo para impresionar a tus bros.

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