Rusia tomó esta semana una decisión significativa al declarar “indeseables” las actividades de la Fundación Elton John contra el SIDA, dedicada a la lucha contra el sida. Esta prohibición afecta a las organizaciones no gubernamentales registradas en Estados Unidos y Reino Unido. La Fiscalía General de Rusia justificó esta medida argumentando que las fundaciones promueven “relaciones sexuales no tradicionales, modelos familiares occidentales y el cambio de género”, lo cual, según las autoridades rusas, va en contra de los valores morales tradicionales que defiende el país.

La Fundación Elton John contra el SIDA fue fundada en 1992 por el famoso cantante británico con el objetivo de combatir el sida y apoyar a las personas afectadas por esta enfermedad. A lo largo de los años, la organización ha financiado programas de tratamiento y prevención en numerosos países, incluyendo Rusia. Sin embargo, su trabajo también incluye la defensa de los derechos de la comunidad LGBTQI+, lo que ha generado tensiones con las autoridades rusas.

Rusia ha intensificado su represión hacia la comunidad LGBTQI+ en los últimos años. En 2023, el Tribunal Supremo ruso prohibió lo que denominó “movimiento LGBT”, calificándolo de extremista. Esta designación ha llevado a detenciones y encarcelamientos de personas LGBTQI+ en todo el país. La situación se ha agravado desde la invasión rusa de Ucrania en 2022, con un aumento en la persecución de grupos que promueven derechos humanos.

La prohibición de la Fundación Elton John contra el SIDA en Rusia no solo afecta a la organización, sino también a las personas que viven con VIH en el país. Rusia enfrenta una crisis significativa en cuanto a la disponibilidad de medicamentos para el tratamiento del VIH, con más de 1.2 millones de personas infectadas, lo que representa la tasa per cápita más alta de Europa. La falta de acceso a tratamientos efectivos ha dejado a muchos pacientes sin opciones para recibir atención médica adecuada.

Además de las acusaciones sobre la promoción de valores no tradicionales, las autoridades rusas también han acusado a la fundación de participar en una campaña para desacreditar a Rusia desde el inicio de la “operación militar especial” en Ucrania. Según la Fiscalía General, la fundación colabora con organizaciones no gubernamentales rusas que actúan como agentes extranjeros, así que esta medida expone a los empleados y colaboradores de la fundación a posibles persecuciones legales en Rusia.

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