Robert F. Kennedy Jr., secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, anunció hace unos días que la agencia federal comenzaría a descontinuar de manera coordinada el desarrollo de vacunas basadas en tecnología de ARN mensajero, mejor conocida como ARNm. Esta decisión implica la cancelación de 22 contratos y la reducción de una inversión de USD $500 millones destinada a proyectos que buscaban desarrollar vacunas mRNA contra enfermedades como la gripe, COVID-19 y el VIH, incluso con potencial para tratamientos contra el cáncer. La medida se tomó pocos días después de que investigadores publicaran resultados prometedores en un ensayo clínico temprano con una vacuna mRNA contra el VIH.

Kennedy defendió la decisión argumentando que “las vacunas ARNm no protegen de manera efectiva contra infecciones respiratorias altas como COVID-19 e influenza” y señaló que los fondos se redirigirán hacia plataformas de vacunas más seguras y con mayor efectividad frente a virus mutantes. Según sus palabras, “apoyamos vacunas seguras y efectivas para todos los estadounidenses que las deseen. Por eso, vamos más allá de las limitaciones de ARNm e invertimos en mejores soluciones”.

Esta medida ha generado preocupación en la comunidad científica. Expertos como Paul Offit, director del Centro de Educación sobre Vacunas en el Hospital Infantil de Filadelfia, calificaron la decisión como “un movimiento contrario a la ciencia existente” y alertaron que podría dejar a Estados Unidos en una posición vulnerable ante futuras pandemias, dada la rapidez con que la tecnología mRNA permitió el desarrollo de vacunas durante la pandemia de COVID-19.

Además, el anuncio llega en un momento en el que un estudio publicado recientemente demostró que una vacuna ARNm provocó en el 80% de sus participantes una respuesta inmune capaz de bloquear la adquisición del VIH, marcando un avance significativo en la búsqueda de una vacuna contra esta enfermedad. Sin embargo, la reducción en la financiación podría retrasar o frenar estos avances prometedores.

Robert F. Kennedy Jr. es conocido por su escepticismo hacia las vacunas, y desde que asumió el cargo ha introducido varios cambios en la regulación y supervisión de vacunas en Estados Unidos. Entre otras acciones controvertidas, despidió a miembros de un comité asesor de vacunas del gobierno y eliminó la vacuna contra COVID-19 de los calendarios recomendados para niños sanos y mujeres embarazadas.

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