Troye Sivan
Something To Give Each Other

Después de que el vídeo musical del sencillo Rush de Troye Sivan fuera lanzado meses atrás, se sintió en el ambiente un olor veraniego de juventud, poppers y alcohol. Había esperanza en el mundo del pop, porque si Sivan regresaba a la música después de su extraña participación en la infame serie The Idol, podíamos perdonarlo por participar en el esperpento dramático de Sam Levinson y The Weeknd. Pero la alegría no duró mucho: los críticos del vídeo no se hicieron esperar, ni los memes que criticaban la representación problemáticamente limitada del joven gay blanco, delgado y musculoso, lo que hizo que la canción fuera un tema de conversación en redes sociales sobre la hegemonía del twink. En su momento, las críticas parecían provenir principalmente de la misma comunidad LGBTQI+, que desde hace mucho tiempo esperaba con ansias nueva música de Sivan, y lo cierto es que el cantante respondió rápidamente. Aparte del error bastante torpe, Rush dio una fuerte impresión de que el australiano estaba listo para traernos más música, con una imagen clara de lo que quería transmitir. Así llegó el sucesor de Bloom cinco años después: Something To Give Each Other.
Para cuando aterrizó el segundo sencillo, Got Me Started, Sivan provocó reacciones por otras razones: aunque parecía innecesario depender tanto del sampleo, la canción se salvó del escarnio público gracias a una producción fantástica y un coro más que pegadizo. Aunque Sivan ha incursionado antes en las baladas, fue agradable escucharlo en su estilo pop en los primeros sencillos del álbum. Con críticas y todo, no se puede negar que tener un tema como Rush abre el álbum de la mejor manera posible con una entrega sensual de Sivan yuxtapuesta a un coro de estadio lleno de testosterona que canta el ambiguo estribillo. El tono se establece inmediatamente para los temas que tratará el álbum y se desarrolla más en las dos pistas que siguen. Lujuria, incertidumbre sobre sentimientos no correspondidos, deseo inútil. Es un disco de ruptura (en julio de 2020, Sivan se separó de su novio de cuatro años, el modelo Jacob Bixenman), pero con un giro. La pista What’s The Time Where You Are? ralentiza el ritmo, mezcla sintetizadores con piano clásico y crea esa sensación maravillosa y abstracta de la Nueva York de los años 90 de manera irresistible, y hasta ahora, el álbum se siente como toda una joya pop.
La vibra continúa mientras el tempo se vuelve aún más lento en One Of Your Girls, la mejor canción de Troye Sivan hasta la fecha. En la playlist del disco hasta ahora, Sivan es poético sobre el hecho de sentirse inadecuado, y en One Of Your Girls ese sentimiento es más doloroso que nunca, al mantener un romance con un chico aparentemente hétero, a quien le pide que lo trate como una más de sus chicas. La producción, de la que el sueco Oscar Görres es responsable (así como de otras seis canciones) se siente nítida, y además complementa increíblemente bien la voz de Sivan. El vocoder en el coro está destinado a sonar como un robot triste, y de hecho, en una entrevista con Apple Music, el músico australiano dice que eso refleja justamente lo que siente en el tema: “Es como si esa persona esperara que estuviera allí cuando me quería y luego desapareciera cuando se asustaba, para luego estar allí de nuevo cuando quisiera. Como si yo fuera este objeto sin emociones. Y, sin embargo, ahí estaba yo una y otra vez”. Más adelante, el tema In My Room con el español Guitarricadelafuente es más relajado, pero funciona muy bien en el contexto del álbum. Desafortunadamente, las pistas más tranquilas Still Got It y Can’t Go Back, Baby hacen que el álbum se vuelva un poco espeso y lento. Rara vez un tema con órgano sorprenda positivamente en un disco pop, y Still Got It lamentablemente no es la excepción. Can’t Go Back, Baby samplea a Jessica Pratt, aunque nos recuerda un poco el mood de James Blake, el valor de repetición no está ahí.
Después del ya mencionado Got Me Started, tenemos Silly, una pista dance minimalista que se remata con un loop de guitarra precioso y distante al final de la canción. Desafortunadamente, Honey es poco interesante desde el punto de vista melódico, pero al igual que en el resto del álbum, la producción es un placer para el oído, y eso es sencillamente algo que no se puede negar. El cierre de How To Stay With You es una historia ligera y funky con solos de saxofón de jazz y muestra a Sivan utilizando su registro más que en el resto de las canciones. Es casi como si esperaras otro momento de high de poppers durante el álbum antes de darte cuenta de que ya terminó de manera repentina aunque no sorprendente, porque como sabemos, Sivan raramente es dado a los excesos en sus producciones y generalmente lanza sus álbumes con un promedio de 10 pistas. Más que suficiente, en especial porque el australiano no es solo un artista pop con grandes canciones, sino con una voz privilegiada que sabe dosificar para dejarnos con ganas.
Something To Give Each Other trata sobre el sentimiento a veces insoportable de ser el sustituto de alguien, ese plato de segunda mesa, y no ser suficiente como para ser la primera elección de nadie, algo muy común cuando eres queer. Podemos decir que es el álbum sadboy de Sivan, en donde el artista se cubre de neón con la esperanza de que una noche de club entre chicos sexys lo anime. Al final no es así, pero la emoción de escuchar este disco es justamente acompañarlo en su viaje de la tristeza al éxtasis y de nuevo a la melancolía con los ojos bien abiertos, un poco de drogas recreativas, y la esperanza de que mañana el sol volverá a salir. ¿Quién sabe? Quizás finalmente sea el día en que el amor de tu vida toque a la puerta. Aunque termine siendo una mentirilla blanca que nos decimos junto a Sivan, es lo que nos hace querer seguir adelante… al menos hasta la próxima noche entre cuerpos sudorosos.
Escucha Something To Give Each Other en su totalidad a continuación.
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