Måneskin
RUSH!

Cuando Måneskin asaltó el mundo por primera vez en 2021, llegaron de forma inesperada y poderosa, ganando el primer puesto en el Festival de Eurovisión con su canción Zitti e Buoni, llena de guitarras sucias, la voz ronca de Damiano David, y una presencia arrolladora. En una competencia musical europea en donde el kitsch, la ironía y el pop reciclado tiende a ser la norma, no era de extrañar que esta banda italiana terminara llevándose el trofeo para su país. Por lo general, la historia de Eurovisión termina allí para los ganadores a menos que seas un seguidor fiel del festival y sus artistas, pero el cuarteto consiguió abrirse paso entre las masas mundiales tras el concurso como nadie lo había hecho desde ABBA. Poco después de su triunfo, su versión de Beggin’, de los Four Seasons, triunfó en las listas de éxitos, se convirtió en disco de platino y se volvió viral en TikTok, una hazaña que no muchos esperaban. Desde entonces, la maquinaria detrás de David, Victoria de Angelis, Ethan Torchio y Thomas Raggi se ha encargado de hacerlos casi inevitables en el panorama musical mundial, y en un planeta en donde el trap, el reggetón y el hip hop reinan en todas las listas, es refrescante escuchar un poco de rock.
Este mes, los italianos regresaron con su tercer álbum de estudio, RUSH!, cuya fiesta de lanzamiento incluyó a los cuatro integrantes de la banda organizando una ceremonia de boda. Vestidos de novia, hicieron un emotivo voto, “prometiendo ser fieles el uno al otro siempre, en la alegría y en el dolor, en el amor y en el honor todos los días de sus vidas”. Oficiados por Alessandro Michele, ex director creativo de Gucci, los cuatro amigos intercambiaron anillos y sellaron el pacto con un beso antes de tocar en un concierto. Si suena excesivo, lo cierto es que el drama está en el ADN de Måneskin, quienes antes de este disco se dieron a conocer en su país por su rock emocional y bien escrito en italiano. Basta con tomar como ejemplo la asombrosa balada Coraline, extraída del álbum Teatro d’ira vol 1, que es una devastadora historia de depresión en la que el cantante Damiano David alcanza el punto de ruptura a media canción. Pero mucho ha pasado desde entonces, como una permanencia extendida en Estados Unidos y más temas en inglés para darlos a conocer, colaboraciones con Iggy Pop, presentaciones en vivo, y claro, un buen tiempo de trabajo en el estudio para lograr esta nueva producción discográfica, en la que estuvo involucrado nada más y nada menos que el icónico Max Martin.
RUSH! se siente como un álbum monstruoso con un total de 17 canciones, que sin embargo dura poco menos de una hora. Sorprendentemente, cada canción del álbum contiene un mensaje, pues aunque la música de la agrupación no pretende reinventar la rueda son esa fusión rock y pop con algunos elementos vintage, sí hay que reconocer que hasta cierto punto existe como fuerza de confrontación. Un ejemplo es su single Supermodel, un comentario sobre la cultura del famoseo que fue escrita después de pasar unos meses viviendo en Los Ángeles, y cuenta la historia de una supermodelo que, desde fuera, parece vivir una vida de éxito, pero en realidad es desgraciada y está sola. Nada nuevo, pero entretenido. También cuentan con la colaboración de un Tom Morello un poco domado en Gossip, una crítica a las presiones de la sociedad para ser normal. Más adelante, Timezone describe las dificultades de estar lejos de los seres queridos con un coro un poco cliché que se salva por el solo de guitarra de Raggi que encaja con la desesperación y la rabia de la letra; Baby Said imita el comienzo de una conversación en una aplicación de citas mientras la banda habla sobre el amor en la era moderna, cuando una persona intenta averiguar si la otra está interesada en una relación o solo en sexo. Si bien la producción es limpia, con un brillo pop definido que se ensucia con la voz de David y la guitarra de Raggi, a veces peca de repetitiva, y los temas se sienten como si quisieran complacer a la mayor cantidad posible de personas, sacrificando un poco el punto de vista y la identidad de Måneskin, pero RUSH! también tiene momentos que hacen que la escucha valga la pena.
Gasoline, por ejemplo, cambia el tono del álbum como un himno antibelicista está repleto de rabia, bajos estridentes y una energía poderosa, mientras La Fine aborda temas un poco más cercanos para la banda. Interpretada en italiano, la canción expone la situación política actual en Italia, y el dilema de luchar por lo que uno cree o marcharse con la esperanza de encontrar algo mejor. También tenemos Feel, muy cercana a The White Stripes, la enérgica Don’t Wanna Sleep y un par de baladas, claro: If Not For You, grabada en una sola toma con orquestación de cuerdas, y en la que David canta con una emoción tan auténtica que te mueve, al igual que la triste serenata que cierra el álbum, The Loneliest, que sirve tanto de canción de amor como de despedida. El mayor defecto de RUSH! es la falta de conexión en el orden de las canciones: Los pocos temas italianos se agrupan al final del disco, y los singles develados antes de su publicación solo aparecen también al final del álbum. Así pues, la primera escucha desorienta un poco al oyente, que se enfrenta a una sucesión de temas bastante inconexos. Sin embargo, este tercer álbum está lleno de buenas ideas. Aunque el cuarteto ha sido etiquetado (un poco fácilmente) de glam rock por su exuberancia, se distingue por su capacidad para sintetizar numerosas influencias, y la voz de David es lo suficientemente flexible y poderosa como para salirse con la suya.
En RUSH!, Måneskin sabe cómo equilibrar su sonido y sus experiencias, capturando los altibajos de la vida. Ciertamente la banda se beneficia de una muy buena imagen, rebelde pero no demasiado, y si bien sus canciones se salen del molde mainstream al que estamos acostumbrados (¡guitarra eléctrica! ¡solos!), la receta, a fuerza de repetirse, bien puede aburrir al oyente. Aparte de algunos temas interesantes, la agrupación se queda más bien en la media con demasiadas canciones de relleno. Los miembros de Måneskin son jóvenes, tienen potencial, pero ¿conseguirán añadir su nombre a la corta lista de bandas que se han mantenido en la historia tras su triunfo en Eurovisión? Lo sabremos en uno o dos años. Su próximo reto será deshacerse de las capas de barniz que los cubren y sacar más provecho de su sonido rock y ahondar en su identidad como banda en vez de buscar complacer a una audiencia global. Mientras tanto, los seguiremos escuchando.
Escucha RUSH! en su totalidad a continuación.
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