Conan Gray
Superache

Conan Gray ha estado escribiendo canciones desde que tenía 12 años, y aunque dice que nunca quiso convertirse en artista, usaba YouTube como una manera de exorcizar esos temas que apilaba en cuadernos y hojas sueltas en su habitación. Su sencillo autoproducido Idle Town, que subió durante su último año de secundaria, se hizo viral, y las discográficas empezaron a buscarlo para firmarle un contrato esa misma semana. No mucho después, firmó con Republic Records durante su primer año de universidad, y en el 2020, nos trajo su larga producción debut, Kid Krow, cuando la pandemia nos tenía encerrados. Fue un momento peculiar de la cultura pop de ese momento: con temas como Heather y Maniac, nos ofreció canciones íntimas y llenas de sentimiento en clave de bedroom pop.
El pasado 24 de junio, Gray, de 23 años, dejó caer su segundo disco. Se trata de Superache, en donde evoluciona un poco más esa fuente eterna de inspiración: el desamor y el amor no correspondido, en 12 canciones que él mismo llama honestas, verdaderas y vulnerables. “La única manera de conectar con la gente es contándoles una experiencia humana”, dijo en una entrevista reciente, revelando que el título (que se traduce como Superdolor) engloba completamente “ese sentimiento de duelo muy dramático de un amor persistente. Y creo que ese es el tema general de este álbum, el amor persistente. Es el tipo de dolor que creo que solo puedes superar escribiendo un montón de canciones y llorándole a tus amigos y siendo realmente molesto, pero ese es el objetivo de ser joven. Solo quería una palabra que pudiera abarcar esa sensación de dolor realmente intenso, pero ligeramente consciente del hecho de que estás siendo demasiado dramático con todo ello”.
Así, la música de Conan Gray no está ahí para consolarte o sacarte de tu angustia. Está ahí para darle cabida al dolor, animándote a gritar, a llorar, a bailar las penas con las lágrimas frescas. Y para alguien que confiesa que nunca ha estado enamorado de manera correspondida, lo cierto es que exprime el sentimiento con un melodrama delicioso. De eso se trata Superache, en donde Gray profundiza más que antes, abordando no solamente su trauma infantil en torno a la inestabilidad de su familia y sus propios defectos como alguien que se aleja de los demás, sino que nos sumerge en su mundo interior. Cambia por la persona que le gusta y persigue una relación que nunca funcionará con metáforas agudas, y una voz más fuerte, e incluso cuando canta sobre sus decepciones. Este es su punto fuerte y lo que lo hace tan atractivo como artista, pues toma esa tristeza que debería destruirnos y la transforma en una fuerza melódica que impulsa que tu cuerpo deba moverse, así sea en contra de tu voluntad.
En Disaster, por ejemplo, canta sobre una relación que está condenada antes de empezar, llevándote a lo largo del viaje mientras el ritmo de la batería es un reflejo del caos de la situación; y en Memories, trata de superar a alguien que no le deja seguir adelante mientras un coro de fondo se hace eco de sus súplicas. Es una montaña rusa de emociones con base en la tristeza, y esto se refleja en pistas como Movies, en donde lo escuchamos anhelar un romance cinematográfico, mientras al mismo tiempo, confiesa ser una persona “a prueba de amor” en temas como People Watching: I wanna feel all that love and emotion / Be that attached to the person I’m holding. También hay cabida para reconocer a los buenos amigos, como lo demuestra el tema Best Friend, que es un alegre homenaje a esas personas que nunca te abandonan. Además, la producción sonora es tan encantadora como la composición de las canciones, con pianos que se levantan como una ola y beats que laten como un corazón enamorado. Lo mejor de todo es que pese al drama, la producción se siente honesta y refrescante, y nos hace sentir menos solos en nuestras fantasías de soledad.
El proyecto termina con el acertado título The Exit, una canción en la que Grey ve cómo su ex sigue adelante mientras él sigue donde empezó el álbum: superando un corazón roto, en lo que parece ser un bucle sin fin. Si eres una persona romántica sin remedio y también desesperanzada, Superache va a sentirse como una flecha de cupido que te aterriza en el estómago en vez del corazón. En este disco, Gray crece como artista en comparación con su debut Kid Krow, y parece saber dónde está el punto más dulce de sus canciones: ese donde el dolor y el bedroom pop se unen en una supernova electrónica para crear temas muy bien escritos y emocionalmente devastadores en un excelente empaque pop. Si eres de las personas que terminan llorando el el club, este puede ser tu soundtrack ideal para el verano.
Escucha Superache en su totalidad a continuación.
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