Chappell Roan
The Rise and Fall of a Midwest Princess
Nacida en Missouri, en las entrañas del cinturón de la biblia de los Estados Unidos, Kayleigh Amstutz, mejor conocida como Chappell Roan, creció en un ambiente conservador, religioso, y castrante. Obligada a ir a misa tres veces a la semana, ver el mundo desde el parque de casas rodantes en donde vivía y teniendo como círculo social los campamentos cristianos de verano, solía escaparse mucho de casa cuando el piano que comenzó a aprender a tocar de niña no era suficiente para llevarla a otros lugares con su imaginación. Durante un buen tiempo, Roan estuvo atrapada en ese conflicto de querer ser “buena” y querer ser algo más de lo que las circunstancias iban a imponerle, así que comenzó a hacer audiciones en programas de talento como America’s Got Talent (sin éxito) y a grabar covers en su canal de YouTube.
Al final, fueron estas canciones la que la sacaron de la oscuridad a los 17 años gracias a Atlantic Records, con quienes lanzó el EP School Nights en 2017, seguido de algunos singles. Pero había un problema: la música no encajaba con el público ni con la propia artista, que había dejado atrás su sonido inspirado por Lana Del Rey y Lorde para comenzar su transformación total. Así, en 2020, graba el tema Pink Pony Club, que le mostró un nuevo camino… uno en el que la crítica comenzaba a escucharla y a reconocerla. Aún así, para Atlantic Records los números no fueron lo suficientemente buenos para mantenerla en el roster de artistas, por lo que la metamorfosis de Roan terminó con su salida de la disquera. Pero no todo estaba perdido: escribió el exitoso single con el productor Dan Nigro, conocido por su trabajo con Caroline Polachek, Sky Ferreira y más, y al parecer, las sesiones que produjeron Pink Pony Club fueron bastante ambiciosas, así que Nigro terminó firmando a Roan como la primera artista de su nuevo sello, Amusement Records.
El resultado fue el álbum The Rise and Fall of a Midwest Princess, lanzado en septiembre de 2023, pero que sigue resonando con fuerza este año, que ha sido definitivamente el más poderoso de la carrera de Roan, que ubica ese primer disco en el Billboard 200 meses después de su lanzamiento. Así que, ¿Por qué no corregir el error de no haber reseñado el álbum en su momento y sumergirnos en el universo alt-pop y queer de Roan? A Roan la llamamos por su nombre artístico y no por su nombre de nacimiento por dos razones: en principio porque ella misma lo prefiere así (de hecho ha dicho que no le gusta el nombre de Kayleigh), y porque para ella, Chappell Roan es una especie de nombre drag que le permite ser la artista y la persona que quiere ser en esta etapa de su vida. No de gratis suele estar en el escenario con maquillaje exagerado, una selección infinita de pelucas, y looks dramáticos que van desde homenajes a la Estatua de la Libertad hasta la icónica Divine, inspiración de John Waters.
Roan parece vivir en un show drag eterno, con su pop barroco, alternativo y maximalista que complementa perfectamente una estética de cabaret queer que la misma Safo adoraría si fuese una integrante de la Gen-Z. Este primer álbum refleja todo este espíritu, y bajo la producción de Nigro, Roan logra un disco casi icónico que probablemente será el Jagged Little Pill de esta generación. “Este álbum es para la niña de 10 años del Medio Oeste que nunca pensó que podía ser ella misma”, escribió Roan en un pie de foto de Instagram cuando lanzó el LP. “La niña que sintió vergüenza desde el día en que cumplió 13 años por sentir un amor profundo por su mejor amiga que no se parecía en nada al que sentía por los chicos. Para la chica a la que le dijeron que fuera correcta, dulce y femenina, pero que simplemente nunca lo sería”. Con ese espíritu rebelde y real, Roan comienza su ópera prima con Femininomenon, un tema que resume el espíritu de su música: ritmos pegadizos, letras poco serias e incluso bailes que acompañan a ciertas canciones. La canción demuestra cómo Roan no se toma demasiado en serio, a la vez que nos ofrece una voz increíble y una muestra de sus letras sáficas sobre cómo quiere un romance femenino después de tantos fracasos con hombres.
Le sigue la muy divertida Red Wine Supernova, en donde Roan describe sus sentimientos por otra mujer: Baby, why don’t you come over? / Red wine supernova, falling into me. En el puente, canta ingeniosamente sobre juguetes sexuales: I heard you like magic/I’ve got a wand and a rabbit. Roan mantiene la fiesta con canciones bailables como After Midnight y Super Graphic Ultra Modern Girl, pero en medio de la celebración nos golpea con baladas intensas y viscerales como Coffee y Casual. Esta última cuenta cómo le rompen el corazón continuamente en una relación “casual” que, para la cantante, no lo es en absoluto. Es quizás la mejor canción del disco, pues logra describir la experiencia queer, especialmente de muchas mujeres: Knee deep in the passenger seat and you’re eating me out / Is it casual now? / Two weeks and your mom invites me to her house on Long Beach/Is it casual now?
Después de soltar algunas lágrimas, nos adentramos en una de las canciones más virales de Roan, HOT TO GO, con un beat increíble que disfrutamos en su presentación de Coachella al igual que los asistentes al show. Luego nos sumergimos en los sonidos más oscuros de My Kink is Karma y Picture You, que si bien son canciones muy diferentes, ambas describen los sentimientos hacia una ex. Mientras tanto, Kaleidoscope es otro momento perfecto con su instrumentación de piano y la voz profunda de Roan que dan paso a un himno increíble: Pink Pony Club que nos habla sobre el sueño de una joven de mudarse de Tennessee a West Hollywood para convertirse en stripper, y que simboliza el deseo de Roan de abrazar su identidad queer: es un track tan lleno de alegría pura y sincera que te conmueve. Llegamos a la recta final con Naked in Manhattan y Guilty Pleasure, llenas de synth-pop ochentero y que nos recuerda lo bien que se pasa saliendo con mujeres. En California, Roan escribe una carta de amor a su ciudad natal, y en donde describe su deseo de abandonar su nueva ciudad a pesar de lo mucho que le gusta.
Los primeros discos suelen ser una experiencia catártica y poderosa, especialmente cuando se trata de cantautoras femeninas, y Chappell Roan no es la excepción: The Rise and Fall of a Midwest Princess no es solo una historia autobiográfica, sino una que nos lleva por un camino de melodías juguetonas y guiños traviesos: Roan nos ofrece un vistazo a su mundo y vaya que queremos vivir con ella en ese lugar. Lo que la hace una artista tan refrescante es que es tan absolutamente gay, que muchas mujeres jóvenes (y no tanto) ven reflejadas sus experiencias en estos tracks. Roan es magnética y relatable justamente porque nos da la impresión de que todo le importa una mierda, para bien o para mal. Este tipo de autoconfianza y autenticidad le permite tener un carisma innegable, sin dejar de lado su vulnerabilidad y honestidad, plasmadas perfectamente en estas canciones. The Rise and Fall of a Midwest Princess es uno de esos discos debut que llegan solo de vez en cuando y que capturan el zeitgeist del momento como una polaroid llena de sentimientos y música. Bienvenida, Chappell. Esperamos verte y escucharte por mucho tiempo.
Escucha The Rise and Fall of a Midwest Princess en su totalidad a continuación.
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