Bad Bunny
nadie sabe lo que va a pasar mañana
En este punto, hablar del status de estrella global de Bad Bunny es un poco llover sobre mojado: todos hemos visto los estadios llenos, la cantidad brutal de streams que logra con cada sencillo o nuevo disco, los shows en Coachella con un público que lo vitorea aunque no sepan nada de español, y tiene como novia a la modelo Kendall Jenner. Nada más para Benito, que se ha consolidado como uno de esos artistas latinos tan inevitables, que incluso te lo consigues en la radio del taxi. Estar en la cima ha hecho a esta puertorriqueño dar una mirada hacia atrás, a sus inicios, luego del éxito del disco Un Verano Sin Ti del año pasado, y con su nuevo álbum, nadie sabe lo que va a pasar mañana, parece querer reencontrarse con la música que hacía y con la persona que era allá en el 2016, cuando estaba dándose a conocer en su isla.
Este disco no es pa’ ser tocado en un millón de vista/Es pa’ que mis fans reales estén contentos, dice Bad Bunny en la introducción de su nuevo álbum. En otras palabras: no le importa mucho tener millones de streams (aunque en este punto parecen inevitables) sino más bien hacer felices a quienes han estado con él desde el principio. ¿Cómo lo logra? En principio, centrándose en ese trap que lo hizo famoso en su tierra natal hace unos años, dejando de lado el raggaetón comercialmente meteórico y a los colaboradores internacionales para darle paso solamente a sus compatriotas boricuas. Así que de cierta manera, es una producción un poco más local, más cerrada, algo que se confirma al escuchar las letras: aunque como siempre Bad Bunny es poderoso en el micrófono, el dialecto y las expresiones locales es tan espeso que a veces incluso es difícil de seguir aunque hablemos el mismo idioma. Así que luego de acostumbrarnos a sus melodías, a su voz expresiva y a esos ritmos dinámicos que llegan a los oídos, a las caderas y a los corazones, nos cambia la seña.
Sin embargo, sigue recordándonos que es la estrella más grande del mundo, no solo en sus letras, sino porque se da el lujo de samplear a gente como Frank Sinatra y Charles Aznavour en temas como MONACO, que nos lleva a la opulencia de su nueva vida con un ritmo menos melódico pero bastante sólido. Más adelante, canciones como VOU 787 (inspirado en el nombre de un avión, ¿quizás su jet privado?) nos llevan a un punto alto, regalándoles otro sample de lujo: acá reimagina Vogue de Madonna para crear un track monstruoso con base trap que suena muy, muy bien y aporta algo nuevo al género, que desafortunadamente tiende a ser bastante aburrido desde el punto de vista creativo. El disco, en general, es uniforme, pero tiene momentos de baja energía, en especial cuando hablamos de un disco de 22 temas. Otros puntos interesantes son las colaboraciones: Yung Miko patea culos sin compasión en FINA (con un sampleo de Tego Calderón); Bryant Myers sabe cómo aprovechar su flow en Seda; y al final, los features de Arcángel y Nnego Flow junto con De La Ghetto se sienten merecidos.
El disco también incluye algunos momentos polémicos debido a letras de temas como THUNDER Y LIGHTNING, donde el conejo dice: Ustedes me han visto con los mismos mientras ustedes son amigo de todo el mundo como Balvin, algo que algunos tomaron como una indirecta hacia J Balvin, mientras que en VUELVE CANDY B, también le lanza lo suyo a Karol G, al cantar: Vengo de PR, de donde son las verdaderas bichotas. Como sabemos, Karol es colombiana, y ha recibido críticas en el pasado por usar la palabra del argot puertorriqueño bichota como su apodo. Más allá de polémicas o tiraeras, nadie sabe lo que va a pasar mañana es un álbum que se siente más bien como una mixtape: tiene pocos puntos débiles, pero temas como BABY NUEVA no aportan nada en un tracklist ya demasiado largo. Por fortuna hay canciones como WHERE SHE GOES, donde nuevamente sentimos por un rato ese gusto por la experimentación que han convertido a Benito en un artista tan apasionante desde X100Pre.
Este recorrido por el trap puertorriqueño termina con UN PREVIEW, una canción que lanzó justo antes del álbum, y que es el único indicio de reggaetón en toda la producción. El hecho de que esté al final del álbum sirve no solo como una manera de cerrar este álbum de trap latino, sino de sugerir el sonido de su próxima producción. Así que nadie sabe lo que va a pasar mañana se siente como una pausa en donde Bad Bunny explora su nueva vida rodeada de fama, con sus experiencias de montaña rusa (Hoy me depositaron, a los GRAMMYs nominaron / Otra vez me criticaron y ninguna me importaron) que necesitó documentar con una parada en su país natal. Y sí, el disco se siente como un regalo para los fanáticos que recuerdan cómo comenzó toda esta nueva ola de música en Puerto Rico, y como una pausa antes de su próximo proyecto: un respiro con ganas de pisar tierra luego de estar volando tan alto. Sin duda sus seguidores disfrutarán por este paseo, pero nos quedamos con más ganas de escuchar el futuro sucesor de X100Pre.
Escucha nadie sabe lo que va a pasar mañana en su totalidad a continuación.
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