100 gecs
10,000 gecs

Cuando el álbum debut de 100 gecs, 1000 gecs salió en 2019, el dúo conformado por Dylan Brady y Laura Les se ganó rápidamente una especie de estatus de culto. A pesar de la naturaleza electrónicamente extraña y a veces confusa de sus composiciones que iban desde el hyperpop extremo hasta el absurdo (temas como stupid horse no tienen derecho a ser tan ridículamente pegajosas), rápidamente lograron penetrar tanto en la escena underground como en la mainstream, aunque con un fuerte énfasis en la primera. Había algo libre en los paisajes sonoros, una actitud de dejar que el mundo se quemara, pero de una manera divertida, que se sentía relatable, relajada y sin pretensiones. Además, su amplio abanico de influencias creaba un collage sonoro que fusionaba los primeros años de la década de los 00 con la transición a los años 20 y daba como resultado una especie de estética indie hiperactiva y descontrolada. Cuando se publicó la edición remezclada del álbum un año después, el nivel había subido otro peldaño, y muchos de los artistas que habían inspirado el álbum de debut aparecían ahora en los remixes, como Charli XCX y Tommy Cash, por nombrar algunos.
Ahora, el par está de regreso con el nuevo álbum 10,000 gecs, en donde no solo parecen agregar un cero al título, sino que nos ofrecen de todo un poco en la tradición de excesos de 100 gecs. La producción continúa en la misma línea sonora, ofreciéndonos menos de media hora de desquicio. El núcleo hyperpop sigue siendo dominante, pero seamos sinceros. Esto no sería un disco de 100 gecs si no se mezclaran al menos una docena de géneros más. Lo más sorpresivo es la reaparición del ska-pop, mientras que el post-punk y el nü-metal se entremezclan con fluidez. Esto convierte a 10,000 gecs en una ecléctica colección de temas que sin embargo tiene más pureza en comparación con sus lanzamientos anteriores; como si tuviesen un hilo conductor sonoro más comercial y sofisticado. Al fin y al cabo, este es su primero editado por Atlantic Records. Josh Freese, un músico al que normalmente solo contratan los grandes nombres como Nine Inch Nails, se sienta a la batería para acompañar a Brady y Les, y Mark “Spike” Stent, quien ha trabajado con gente como Madonna, Lady Gaga o Beyoncé, fue el encargado de de la mezcla. Nadie forma un equipo así sin mayores ambiciones; pero es importante destacar que 100 gecs no se han suavizado; podríamos decir que solamente le bajaron un punto a la escala de su locura.
10,000 gecs da inicio al disco con la famosa Deep Note, el código musical de estándar sonoro THX que estalla con un nervioso riff de thrash metal, que da paso al tema Dumbest Girl Alive, un arranque perfecto que se siente como cuando instalamos por primera vez GarageBand en el iPad y tras fumar un poco de weed terminamos agregando todas las capas de presets disponibles y suenan a gloria en pleno subidón. Le siguen el glitchy 757 y el banger post-punk Hollywood Baby, que crean una tríada enérgica para introducir el álbum, y que muestra la habilidad de 100 gec para moverse con fluidez entre géneros, paisajes sonoros y estados de ánimo. Sin embargo, cuando llega el tema Frog On The Floor, nos vemos abruptamente inmersos en el ska-pop, especialmente en una colección de temas que podríamos encontrarnos en un feed sped-up de TikTok. El tema The Most Wanted Person In The United States es el más despojado de la colección, e impresiona tanto por la letra como por la producción. La canción trata, como era de esperar, sobre ser la persona más buscada de Estados Unidos y contiene frases sobre matar a alguien y luego comerse su cena, o estar tan caliente como California mientras Anthony Kiedis de los Red Hot Chili Peppers te hace fellatio. Pero también puede leerse como un relato de lo que supone ser una persona trans hoy en día: matar a un antiguo yo, verse en las noticias, tener que huir.
A su vez, I Got My Teeth Removed es una historia de salida del armario sobre arrancar un diente: You were tough / Unforgiving / Made me cry all the time / You were mean / Such an asshole / So I had to say goodbye / One, two, three!. Y luego la liberación: I got my tooth removed / And I don’t wanna talk about it / Ever again. Es divertido, es inteligente, es juguetón. Y todo culmina a la perfección en el tema mememe que, a pesar de su producción muy contemporánea, tiene un aire nostálgico. Para los que terminamos sumergidos en el caos sonoro de 100 gecs, 10,000 gecs termina justamente cuando estábamos más metidos en todo el concepto. Pero está bien, siempre hay que dejar a la gente con ganas de más.
En pocas palabras, 10,000 gecs es una sobrecarga sensorial absoluta ejecutada perfectamente. Como ir a una tienda de golosinas por kilo y meternos a la boca ositos de goma, caramelos ácidos, maní garrapiñado, M&Ms surtidos y palomitas de maíz en un solo bocado, y terminar con el mejor snack de nuestras vidas. Laura Les y Dylan Brady demuestran una vez más que son productores muy hábiles y saben exactamente lo que hay que añadirle a su brebaje sonoro para que la mezcla funcione, pues lo vuelven a demostrar acá, perfeccionado su oficio manteniendo la creatividad al máximo. Esto hace de 10,000 gecs un álbum que combina la cultura de Internet y las referencias contemporáneas con coros pegadizos, un ritmo demente y una producción en constante exploración que se entretejen en un disco que confunde, sorprende y te mantiene con el hype a millón. Sin desperdicio.
Escucha 10,000 gecs en su totalidad a continuación.
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1Me prendió
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2Lo amé
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