¿Por qué es tan difícil salir de una relación tóxica?

Una de las cosas más confusas y misteriosas de las relaciones de pareja es por qué algunas son más difíciles de dejar que otras. ¿Por qué, por ejemplo, puede resultar más fácil salirse de una relación amable, considerada y cariñosa que de una malsana, llena de manipulación, mentiras, engaños o cualquiera de las cosas innegablemente horribles que la gente puede hacer en las relaciones? ¿Por qué nos encontramos pensando en esa persona que, francamente, nos trató como una mierda, semanas, meses o incluso años después? Si esto resuena contigo, no te alarmes: no eres la única persona a la que le ha pasado.
Las relaciones tóxicas son diferentes para cada persona, pero todas te harán sentir mal. Una relación está hecha para enriquecer tu vida, así que si una te hace sentir vacío, incomprendido, sin apoyo, atacado o pequeño, puede que sea una relación tóxica. Separarse de alguien a quien una vez quisiste nunca es fácil. Pero cuando se trata de dejar una relación enfermiza, puede resultar aún más difícil. Esto se debe a que, además de la típica tristeza asociada a una ruptura, suelen ocurrir otras cosas, por lo que todo ello puede crear una situación muy confusa. Sin embargo, no es necesario quedarse estancado para siempre. Teniendo esto en cuenta, he aquí algunas razones por las que dejar una relación tóxica puede ser tan difícil.
1. Tu autoestima está por los suelos
Después de un largo periodo de estar en una relación tóxica, no hay manera de que podamos escapar sin intoxicarnos con creencias negativas sobre nosotros mismos. Haber sido menospreciados, faltados al respeto, desgastados y rechazados, definitivamente nos deja exhaustos y con poca fe en nosotros mismos. Es normal que pensemos “me lo merezco” y “tiene sentido que nadie quiera estar conmigo”. Nos sentimos débiles e indefensos, y la idea de estar ahí fuera solos nos da mucho miedo, mucho más que estar en una relación tóxica. Así que salir de una relación tóxica puede requerir una buena dosis de autoestima, y en estos casos, puede ser difícil conseguirla.
2. Tienes la esperanza de que todo vuelva a ser como antes
No todas las relaciones tóxicas empiezan tan mal, y eso puede hacer que sea más difícil dejarlas atrás. Si tienes una pareja que empezó colmándote de amor, cuidados y afecto (lo que bien podría ser un bombardeo de amor, pero es difícil de detectar en ese momento), y esto cambió en un momento dado, puede ser realmente perturbador. También puede significar que nos quedemos atascados deseando desesperadamente volver a los tiempos felices. En el fondo, nos preocupa haber hecho algo mal: pensamos que si dañamos la relación, debemos ser capaces de arreglarla, lo que puede hacer que nos esforcemos más por recuperar una buena relación que ya no existe.
3. Sientes que has invertido demasiado tiempo y esfuerzo en la relación
Cuando empiezas a pensar en cómo poner fin a la relación, ¿de repente se te aparecen todos los buenos recuerdos y se bloquean los malos? Suele suceder. Y sí, hay mucha historia entre ustedes, pero ¿los malos momentos superan a los buenos? Probablemente, y eso significa que es hora de irse. Es difícil tirar por la borda todo el trabajo y el esfuerzo que has invertido en una relación duradera. No quieres aceptar el hecho de que fue “todo en vano”. Pero a veces, las cosas simplemente no están destinadas a ser y así es la vida. No te agotes ni un segundo más si no funciona.
4. Sientes vergüenza
Las rupturas pueden dejarnos con la sensación de haber fracasado de alguna manera. Podemos sentir vergüenza o pudor y no querer contárselo a la gente, por si nos juzgan por ser también un fracaso. Esta vergüenza se hace más fuerte cuando esa relación es tóxica, en especial si hay que enfrentarse a esos amigos íntimos o familiares a quienes le diste la espalda durante esa relación. Recuerda que en las relaciones tóxicas, la persona con la que estás te convence de que lo que más te conviene es ella, por encima de cualquier otro. Con el tiempo, la confianza, el ánimo y la capacidad de recuperación disminuyen y te sientes abatido, y por eso, cuando llega el momento de intentar romper con una relación tóxica, es especialmente difícil encontrar la fuerza para superar la vergüenza personal y enfrentarse a los amigos para admitir lo difícil que ha sido la vida.
5. Estás acostumbrado a tener relaciones tóxicas
Es bastante común para aquellos que se han criado en familias con dinámicas intensas, padres ausentes (física o emocionalmente) o excesivamente críticos y tóxicos, que les resulte difícil abandonar una relación de este tipo porque, sencillamente, el entorno les resulta familiar. No hablamos de algo agradable o placentero, sino simplemente familiar. Las personas que experimentan esto sienten una sensación de calma en medio del caos. Así que redefinir esta calma es lo que se necesita para dejar atrás una relación caótica.
Despues de leer, ¿qué te pareció?
-
3Me gustó
-
-
-
1Me deprime
-
-