Países bálticos finalmente se desenchufan de Rusia
El sábado 8 de febrero de 2025 marca un hito para Estonia, Letonia y Lituania, quienes ese día se desconectarán de la red eléctrica rusa, una medida con profundas implicaciones geopolíticas y un claro símbolo de su acercamiento definitivo a la Unión Europea. Esta acción, que se produce casi 35 años después de su independencia de la Unión Soviética, representa la eliminación de uno de los últimos vestigios de la era soviética y refuerza su integración en el sistema energético europeo.
La decisión de cortar los lazos eléctricos con Rusia y Bielorrusia, países ricos en petróleo y gas, está cargada de simbolismo y se aceleró tras la invasión rusa de Ucrania, que tensó las relaciones entre Moscú y la UE. Aunque los países bálticos dejaron de comprar electricidad a Rusia y Bielorrusia en mayo de 2022, Rusia aún mantenía el control operativo de la red. Ahora, la desconexión total implica que los países bálticos ya no dependerán de Rusia para equilibrar la oferta y la demanda de electricidad ni para mantener la frecuencia de la red.
Para garantizar una transición fluida, los países bálticos han estado trabajando para conectarse a la Red Sincrónica de Europa Continental, la segunda red sincronizada más grande del mundo después de China. Se han desmantelado dieciséis líneas eléctricas que conectaban los tres estados bálticos con Rusia y Bielorrusia, mientras se creaba una nueva red que los une con el resto de la UE, incluyendo cables submarinos en el mar Báltico. El sistema eléctrico del Báltico operará de forma independiente durante 24 horas en un “modo de funcionamiento en isla” antes de integrarse completamente con las redes europeas.
Este proyecto ha requerido una inversión significativa, financiada en gran parte por la Unión Europea, que ha aportado subvenciones por valor de más de USD $1.200 millones. La desconexión de la red rusa no solo representa un paso hacia la independencia energética, sino también una inversión en la seguridad regional. Ante la incertidumbre, algunos países de la región han tomado medidas de precaución, como el aumento de las ventas de generadores en Estonia.
La desconexión de la red eléctrica rusa tiene un significado psicológico importante para los países bálticos. “Esta es la ruptura definitiva con su ocupación de la era soviética”, dijo Jason Moyer, analista de Política Exterior del Wilson Center. Para conmemorar este momento histórico, se instaló un reloj de cuenta regresiva en Vilna, Lituania, marcando los últimos días hasta la “independencia energética”.
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