No más “todes”: Prohíben uso de “ciertas formas” de lenguaje inclusivo en escuelas de Buenos Aires
El uso del lenguaje inclusivo es una práctica que, aunque no ha sido aprobada por la Real Academia Española, se ha ido popularizando en los últimos años como una manera de eliminar el androcentrismo del idioma español e incluir a otras identidades de género, por lo que es normal ver el uso de “e”, “x” y “@” en distintas instancias. Sin embargo, esta semana, el gobierno de la ciudad de Buenos Aires en Argentina decidió a través de un decreto que este dejara de usarse en niveles inicial, primario y secundario, tanto de escuelas públicas como privadas.
Al parecer, en el contexto de la emergencia educativa generada por la pandemia, estas expresiones del inclusivo son consideradas como “una barrera que dificulta el aprendizaje de la lectoescritura”, según explica el diario Clarín. La resolución fue firmada por la ministra de Educación de la ciudad, Soledad Acuña, y entrará en vigencia apenas se publique en el Boletín Oficial. En su artículo 1° establece que “todos los docentes del distrito, de los niveles inicial, primario y secundario, tanto de escuelas públicas como privadas, deberán desarrollar actividades de enseñanza y realizar las comunicaciones institucionales de conformidad con las reglas del idioma español, sus normas gramaticales y los lineamientos oficiales para su enseñanza”.
La medida también aprueba guías prácticas y de recomendaciones para el uso de comunicación inclusiva por cada nivel educativo, como el que se puede usar un lenguaje no sexista de acuerdo con lo establecido con las reglas ortográficas actuales, y que “no ponen en riesgo el aprendizaje de la lectura y escritura”. Al parecer, el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, encabezado por Horacio Rodríguez Larreta, destaca que los resultados en Lengua obtenidos por los estudiantes en las evaluaciones realizadas tras la pandemia “no son buenos” y que en comprensión lectora tienen “un retroceso de casi 4 años”.
“Sabemos que el lenguaje va mutando y no somos ajenos a eso, pero ese tipo de distorsiones generan dificultad para aprender las reglas gramaticales y básicas de la lengua. Es algo que venimos trabajando con especialistas y si bien no hay evidencia porque aún todo es muy nuevo, coincidimos en que va en contra del aprendizaje. Nosotros tenemos la obligación de enseñar el uso correcto de la lengua. Después los chicos son personas libres y pueden adecuarlo como crean conveniente”, señaló Acuña.
Silvia Ramirez Gelbes, directora de la Maestría en Periodismo de la Universidad de San Andrés, destacó a Télam que “se entiende que las academias de la lengua se opongan al lenguaje inclusivo ya que su función es mantener la unidad supranacional del idioma”. “Lo que me parece un poco más extraño es que se lo prohíba o que se lo imponga, porque quienes lo usan, lo usan”. Se preguntó “si se ha demostrado que el uso del lenguaje inclusivo incide de alguna manera en la lectoescritura. Nadie cree que los resultados de esas pruebas sean debidos exclusivamente a la aparición de estos reemplazos”. Hasta ahora, la Subsecretaría de Coordinación Pedagógica y Equidad Educativa de Buenos Aires será la dependencia encargada de velar por el cumplimiento de la medida, y por los momentos, no hay precisiones respecto de qué pasaría con quienes no estén dispuestos a aceptar la regulación.
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