Villano Antillano, la rapera queer puertorriqueña que quiere revolucionar el trap latino

Hasta hace algunos meses, el nombre de la cantante puertorriqueña Villano Antillano era, para muchos, desconocida más allá de ciertos círculos musicales, pero una colaboración inesperada la hizo convertirse no solo en una de las raperas más apreciadas del reggaetón latino, sino una que representa a las personas queer. ¿Cómo sucedió esto? Gracias a su participación en la Music Session #51 del reconocido productor argentino Bizarrap, que se encargó de mostrarle al resto del mundo su talento. “Siento que ha sido una súper bendición y estoy encantada con todo lo que está pasando. Nunca me hubiera imaginado el nivel al que llegaría la canción”, cuenta. Hoy, esta reina queer de la música latina es la protagonista de RIOT.
Nacida el 27 de marzo de 1995 y criada en Bayamón, un suburbio de San Juan, Antillano se crió con cuatro hermanos a los que adora y dos padres cariñosos pero bastante estrictos y conservadores. Su adolescencia fue la receta perfectamente imperfecta para una entusiasta de la salsa y el rock que desde siempre tuvo el sueño de formar parte de la industria de la música a través del rap. Sin embargo, su vida familiar sufrió un vuelco cuando tenía 17 años y la echaron de casa, pero por fortuna, nunca dejó de soñar con ser artista, y más adelante comenzó a desarrollar una carrera musical un poco underground que la ayudó a descubrir quién era realmente. “El personaje bajo el cual publicaba música… todo eso no era en realidad mi yo completo y auténtico”, dice, recordando un primer EP, Tiranía, que publicó como una persona que se representaba a sí misma de forma masculina, con el pelo rubio, y con una orgullosa identidad queer. “Siento que no me entendí como músico hasta que me entendí como mujer… Entrar en mi feminidad, ese proceso fue doloroso. Muy aterrador”.
Parte de su autodescubrimiento fue convertirse en trabajadora sexual, algo que dice que le ayudó a ponerse en contacto con quien realmente es, y que si bien hoy en día puede verlo desde un ángulo empoderador, también vino con una serie de retos difíciles, pues en Puerto Rico es una actividad criminalizada que puede ser bastante peligrosa, especialmente para una mujer trans. Aún así, fue una profesión que le dio estabilidad e independencia cuando más las necesitaba. Hoy en día, como estrella emergente del rap latino, dice que no se ha alejado completamente del peligro: “Estoy creando música sabiendo muy bien que me pueden matar por esto, pero, ¿saben qué? Tenemos que sentirnos orgullosas y con la frente en alto”. Hoy en día se identifica como una mujer trans abiertamente bisexual y con una identidad de género alejada del binario, e insiste en reclamar el espacio que le pertenece a su comunidad. Como artista audiovisual, está trabajando en proyectos que encapsulan la belleza y el horror de crecer como persona queer en el Caribe, incluyendo un cortometraje y su primer álbum.
Villano Antillano adquirió notoriedad tras responder a una serie de diss tracks o “tiraeras” de Anuel AA con su single Pato Hasta La Muerte; un himno para muchos que han sufrido abusos y discriminación por su identidad de género u orientación sexual y siguen la escena musical reggaetonera y de rap de su país. Como una de las primeras artistas que se posicionan en contra de la misoginia flagrante y las fobias LGBTQI+ presentes en la industria, su enfoque de la música es tan revolucionario y desafiante como consciente y lleno de lecciones. “Tengo esperanza de que si me derrumban, alguien más vendrá detrás de mi. No nos van eliminar pues somos poderosos”, dice de su comunidad. “Estoy muy contenta de poder hacer eso, de ser un catalizador por así decirlo, de poner estas conversaciones incómodas sobre la mesa y obligar a la gente a tenerlas. Al fin y al cabo, solo quiero hacer música para mi gente, quiero que mis amigos y mis amigas trans tengan música con la que puedan identificarse, para que puedan sentirse bien cuando la toquen en el club o salgan. Al fin y al cabo no tenemos eso, y siempre hay que educar”.
¿Y cómo nació esa collab con Bizarrap? Pues Bad Bunny se encargó de presentarlos durante un evento en Las Vegas. Poco después, el argentino la invitó a hacer la sesión, algo que aceptó de inmediato pese a que Villano sabe que los fans de Biza son algo intensos. “Antes de grabar, no se cómo se enteraron de que la siguiente iba a ser yo y me escribían mensajes, lo que hacía que me pusiera más tensa. Pero una vez ya hecha, reconozco que estoy contenta con el resultado y que la pasé muy rico”, admite. ¿Sus próximos planes? “Quedarme con el mundo”, dijo en una entrevista reciente, dejando entrever que para sus próximos proyectos musicales, Villano no cree que la gente esté realmente lista para el calor que se avecina: “La gente no está preparada”, y para ella, va más allá de representar a su comunidad local caribeña, y se escuchará en toda Latinoamérica. “Es muy liberador ver a tantos artistas como yo ascendiendo en la industria. Me da mucha esperanza, y estoy aún más preparada para ser más mala, para ser esa villana”.
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