Suki Waterhouse, la londinense que crea pasajes íntimos y alternativos inspirados en el grunge, el dream pop y el indie rock

Seamos honestos — pocas actrices y modelos consiguen triunfar en la industria musical. Pero la inglesa Suki Waterhouse parece ser una atractiva excepción. Ha sido modelo para Burberry, Balenciaga, Ferragamo y Tommy Hilfiger, y ha aparecido en numerosas películas y series como The Batch, Assassination Nation, Pusher y Daisy Jones & The Six, próximamente a estrenarse. La londinense de 30 años de edad dejó caer recientemente su álbum debut, titulado I Can’t Let Go, en el que que combina grunge, dream pop e indie rock, y en donde exorciza un montón de experiencias personales y recupera el poder sobre su forma peculiar de contar historias: hoy conoceremos más de esta artista en RIOT.
Suki Waterhouse nació el 5 de enero de 1992 en Londres, como la hija de Elizabeth, una enfermera especializada en el tratamiento del cáncer, y de Norman Waterhouse, un cirujano plástico. Al crecer en Londres, Suki gravitó hacia artistas como Alanis Morissette y vio a Missy Elliott en directo en su primer concierto. Además, Oasis ocupaba un lugar especial en su corazón. Dice que siempre estuvo interesada en la música, pero que no fue sino al final de su adolescencia cuando comenzó a escribir canciones con “un hombre mayor y muy agradable que conocí en un pub local. Fue la primera persona con la que hice demos. Actuaba y salía con músicos, pero parecía que convertirse en músico era algo imposible”. Sin embargo, insistió en la composición, experimentado con la guitarra y con programas de producción en su computadora, lo que le permitió mejorar a través del ensayo y el error, dándole la oportunidad de ir creciendo en privado. “Escribir canciones era un lugar solitario para escapar del mundo exterior. Siempre quise ser músico y compositor, pero pensé que había perdido mi oportunidad. Estaba nerviosa porque sentía que tenía que permanecer en mi carril como actriz y modelo, y ya sabes, el mundo te envía muchas señales de que tu carril está establecido para ti. Y que alejarse de ella significaría que serás rechazado”.
Finalmente, saca una primera canción en el 2016 llamada Brutally, todo de forma muy DIY, y que fue el rayo de esperanza que dio sentido a la oscuridad que estaba atravesando en el momento de lanzarla: estaba pasando por una ruptura y un momento depresivo, así que tener un vehículo para drenar sus emociones fue poderoso. En un principio, la cantante dio a conocer esta faceta de su creatividad con una serie de sencillos, que generaron casi 20 millones de streams totales de forma independiente. Sin embargo, tuvieron que pasar seis años para que se animara a sacar más música. “Por fin me sentí preparada… Al final me alegro de que haya tardado tanto porque se creó un sentimiento dentro de mí que se siente como una ola. La gente que escuchó mi canción también sintió algo así, lo que me animó hacer un álbum”. Así nació I Can’t Let Go, una producción influenciada por artistas como Fiona Apple, Sharon Van Etten, Karen O de los Yeah Yeah Yeahs y Shirley Manson de Garbage. Con la ayuda del productor Brad Cook (quien ha trabajado con Bon Iver, The War on Drugs, y Snail Mail entre otros), Waterhouse hizo el disco con el que llevaba años soñando, un autorretrato de una artista vulnerable cuyas letras íntimas y poéticas no tienen nada que envidiarle a las de Lana Del Rey o las de Taylor Swift.
En este álbum, habla del amor, de las rupturas, del lado oscuro de Los Ángeles, de un viaje redentor a Bután, de la nostalgia y de la ansiedad, como si se tratara de una catarsis vital. “El título del álbum se me ocurrió en un momento en el que estaba frustrado conmigo misma por tardar tanto en pensar. El disco trata de insistir en encontrar una salida de donde he estado atascada durante tanto tiempo, emocionalmente, y encontrar las palabras para evocar los momentos que me han formado y que todavía estoy tratando de superar”. Moves y My Mind, ambos singles de su álbum, encuentran el equilibrio entre la certeza de dar un paso hacia la vulnerabilidad y el amor y la sensación de estar perdiendo la cordura. Moves es audaz, un tema con la energía que solo tiene alguien que está decidido a dar una oportunidad al amor, mientras que My Mind es la introspección en su máxima expresión. El último single de Waterhouse, Melrose Meltdown (una canción infame entre su grupo de amigos), es tan apasionante como una historia de amor con final trágico, y se ha hecho viral en TikTok.
“Hacer música era probablemente lo que más hacía cuando era una adolescente”, le dice a Atwood Magazine. “Y luego supongo que el primer tipo de trabajo real que hice, en términos de la palabra carrera, supongo que fue empezar a hacer de modelo cuando tenía 14, 15 años. Pero ahora, a los 30 años, mirando hacia atrás en la última década, estoy pensando en lo que estaba escribiendo y todas estas cosas que me sucedieron y estoy muy contenta de que todas esas cosas sucedieron, porque terminé teniendo una década realmente interesante, bastante loco y había mucho que poner y escribir. Simplemente sabía, de una manera divertida, que todo estaría bien, pero muy en el sentido de que esto es algo que tenía que salir de mí”. Estaremos atentos a lo que siga preparando en el futuro.
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