Rebecca Black, la superviviente de Internet que se reinventa como la nueva icono queer del pop alternativo

Cualquiera que haya estado en Internet en los últimos 15 años va a reconocer instantáneamente el nombre de Rebecca Black, la cantante y compositora estadounidense que ganó notoriedad mundial con su canción Friday, lanzada en 2011. Este sencillo se convirtió en un fenómeno, generando millones de visitas en YouTube y transformándose en un meme que capturó la atención de la cultura pop. A pesar de las críticas iniciales, Friday marcó el comienzo de una carrera musical que ha evolucionado significativamente, permitiendo a Black explorar diversos géneros y estilos a lo largo de los años. Hoy, ya con 27 años de edad y a punto de lanzar su segundo álbum, Rebecca ya es una sobreviviente del pop renacida, y la protagonista de nuestro RIOT de hoy.
Nacida como Rebecca Renee Black el 21 de junio de 1997 en Irvine, California como hija de una pareja de veterinarios (su madre es de origen mexicano, y su padre, norteamericano con raíces polacas, italianas e inglesas) comenzó su camino en la música desde muy joven. Desde los tres años, tomó clases de baile y participó en producciones escolares y comerciales locales. Su pasión por la música la llevó a unirse a Ark Music Factory, donde grabó Friday, el tema que catapultó su carrera, para bien o para mal. Desde entonces, Rebecca ha trabajado arduamente para establecerse como una artista seria. En 2011, lanzó su segundo sencillo, My Moment, que tuvo un impacto positivo, acumulando más de un millón de visitas en menos de un día.
A lo largo de los años, ha explorado diferentes estilos musicales, incluyendo pop y electropop, y ha lanzado varios sencillos como Sing It o In Your Words. En 2023, presentó su álbum debut Let Her Burn, en donde su identidad como mujer queer fue parte integral. De hecho, Black atribuye gran parte de sus riesgos creativos a las lecciones que ha aprendido de la cultura queer. “Ser queer me enseñó a luchar por mí misma, a aceptar partes de mí que antes me daban miedo. Todas las decisiones audaces que he tomado tienen su origen en eso”. También explica que ese primer disco fue una mezcla caleidoscópica de influencias: metal, drum ‘n’ bass, pop etéreo e incluso elementos de sonido industrial. Era un álbum que, en sus palabras, “abría todas las puertas y caminaba por cada una de ellas solo para ver qué pasaba”. Explica que “trataba de demostrar algo, no sólo a los demás, sino a mí misma… Necesitaba explorar, experimentar, probar todas las ideas locas que se me ocurrían. Fue un hermoso caos”.
Ahora, un par de años después, se prepara para lanzar su próximo proyecto, SALVATION, que representa un nuevo tipo de confianza en sí misma. “Esta vez he seguido los hilos que me parecen más verdaderos”, explica. “La música y la producción siguen asumiendo riesgos, pero todo parece conectado, como si cada pieza formara parte del mismo mundo”. El resultado es un álbum que promete estar impregnado de influencias electrónicas, con temas como TRUST! (todo un banger para el club) y el irresistiblemente oscuro himno pop Sugar Water Cyanide, que anticipan el sonido más vanguardista y cohesivo que define a SALVATION.
Mientras esperamos el lanzamiento del álbum a finales de este mes, Rebecca se está preparando para reencontrarse con su dedicada base de fans cuando lleve su álbum a la carretera en los próximos meses. A medida que Black supera sus límites tanto musicales como personales, una cosa está clara: está lejos de ser la maravilla de un solo éxito que muchos le atribuyeron en un principio. Por el contrario, está construyendo un legado basado en la resistencia y la autenticidad, demostrando que las críticas de la opinión pública pueden transformarse en algo poderoso. “He aprendido que tomarme a mí misma lo menos en serio es a veces la clave para que me tomen en serio”, dice Black. “Y me parece bien”.
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