El pasado 2 de diciembre se presentó por primera vez en Chile la banda electrónica post minimal alemana Moderat, presentados por una nueva fecha del Club Fauna. Para ponerlos un poco en contexto en relación con lo que es Moderat, les contamos que nacen de la ecléctica fusión entre las bandas Apparat y Modeselektor, alabados por la crítica, y destacándose por su sensibilidad pop, mezclada con una sofisticada electrónica. Hasta los momentos cuentan con tres álbumes de estudio y con un disco completamente en vivo recientemente editado, su reputación nos teníaa en una delirante agonía por verlos en persona.

Al momento de llegar a la sala Omnium, el pre show estaba a cargo de la banda nacional Matanza, destacados en la escena local y internacional por su delirante fusión de música electrónica e instrumentos latinoamericanos. El espectáculo reflejó el arduo trabajo del conjunto por perfeccionar su sonido y su propuesta; tanto así, que la simetría que se percibió en el escenario entre Vicente Vásquez, Luis Gálvez y Rodrigo Gallardo era deslumbrante: un minucioso y sincronizado trabajo en equipo provocó un desenfrenado apetito rítmico en todos nosotros.

El alucinante y experimental espectáculo de Moderat tenía muchas expectativas, sobre todo por la propuesta visual que la banda prometió a la audiencia. Tanto así, que pidieron explícitamente que bajaran la luminosidad de celulares y eliminar todo tipo de flash de las cámaras.

Teniendo eso en cuenta, era casi imposible despegar la mirada y en medio de un equilibrio hipnótico de sofisticados sonidos y la sensual voz de Sascha Ring, nos entregaron una dosis magistral de una electronica limpia y sofisticada: A New Error y Rusty Nails eran un ingrediente seguro para el minimalista espectáculo, donde el público hiperventilado por los sintetizadores, creó una atrapante atmósfera sónica, para luego escuchar los frenéticos tambores de Reminder y los perturbantes beats de Bad Kingdom.

Moderat es una de esas bandas que saben dar un espectáculo y su perfeccionismo denota el arduo trabajo que ponen en sus shows en vivo; provocando una armonía visual tan atractiva que la gente que asistió a la sala Omnium el pasado viernes y no los había escuchado nunca, o solamente conocían A New Error, se fueron extasiados y abatidos por una inyección tanto sensorial como visual que probablemente se transformó en uno de las mejores espectáculos en vivo que les haya tocado presenciar.

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