Miles de personas protestaron este martes en Nueva York y otras ciudades de Estados Unidos en respuesta a las redadas migratorias ordenadas por el presidente Donald Trump en Los Ángeles la semana pasada. Las manifestaciones, que comenzaron en California el viernes, se han extendido rápidamente a más de una decena de ciudades, incluyendo Chicago, Filadelfia, Austin y Dallas. Los manifestantes exigen el fin de las redadas y la liberación de detenidos, mientras que las autoridades han respondido con una fuerte presencia policial, arrestos y, en algunos casos, el despliegue de la Guardia Nacional.

En Nueva York, la protesta principal se desarrolló en Federal Plaza, en el Bajo Manhattan, donde se encuentran oficinas federales de inmigración y el principal tribunal de inmigración de la ciudad. Los asistentes, portando banderas de varios países y carteles con mensajes como “¡ICE, pa’ fuera!”, marcharon por las calles mientras denunciaban la intensificación de las detenciones y deportaciones. La policía reportó al menos 20 arrestos durante la jornada, y algunos enfrentamientos se registraron cerca de la plaza.

En Los Ángeles, las protestas han continuado por cinco días consecutivos y han sido especialmente intensas. La alcaldesa Karen Bass declaró el estado de emergencia local y un toque de queda nocturno en el centro de la ciudad, que comenzó la noche del martes y se mantendrá mientras persista la inestabilidad. Según la policía de Los Ángeles, solo el martes fueron arrestadas al menos 197 personas tras la entrada en vigor del toque de queda. Bass justificó la medida afirmando que busca proteger vidas y propiedades, y aseguró que los disturbios no representan una crisis generalizada en la ciudad.

Mientras tanto, Trump defendió las redadas y el uso de la fuerza federal, calificando a los manifestantes de “animales” y “enemigos extranjeros” durante un discurso en Fort Bragg. Trump reiteró su compromiso de “liberar” Los Ángeles y otras ciudades de lo que describió como “criminales”, y descartó cualquier posibilidad de suspender las operaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).

El gobernador de California, Gavin Newsom, criticó duramente el despliegue de 4.000 efectivos de la Guardia Nacional en Los Ángeles, calificándolo como un ataque a la democracia y advirtiendo que la militarización de las calles no es la solución. Además de exigir el fin de las redadas, los manifestantes han mostrado su apoyo a figuras como David Huerta, líder sindical y defensor de los derechos civiles, detenido en Los Ángeles durante una protesta y actualmente en libertad bajo fianza. 

Las movilizaciones han sido replicadas en otros estados como Texas, donde el gobernador Greg Abbott también desplegó la Guardia Nacional y advirtió que cualquier daño a personas o propiedades resultará en arrestos. Las protestas, que en su mayoría han sido pacíficas, podrían intensificarse en los próximos días, ya que coinciden con otras convocatorias nacionales contra la administración Trump, que se intensificarán el fin de semana en todo el país, justo cuando el presidente celebrará un desfile militar el próximo 14 de junio con motivo de su cumpleaños.

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