Las experiencias cercanas a la muerte y los viajes psicodélicos tienen un impacto “notablemente” similar en la actitud de las personas ante la muerte, según un nuevo estudio. En un artículo publicado en la revista de acceso abierto PLOS ONE, los investigadores del Centro de Investigación sobre Psicodelia y Conciencia y del Departamento de Neurociencias de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins en Estados Unidos compararon cómo cambiaban las actitudes de las personas tras los dos tipos de experiencias.

Las experiencias cercanas a la muerte (ECM), o fenómenos relacionados como las experiencias extracorpóreas, tienden a tener un efecto fundamental en las actitudes hacia la muerte y el morir, según han demostrado investigaciones anteriores. Muchas personas que han pasado por una ECM salen con un menor miedo a la muerte. Entre las principales características de las ECM se encuentran las sensaciones de alteración de la percepción del tiempo, la visión de escenas del pasado o del futuro, los sentimientos de alegría y paz, la sensación de unidad con el mundo, el sentimiento de separación del cuerpo físico y los aparentes encuentros con seres místicos, espíritus difuntos o figuras religiosas.

Las personas que han tomado drogas psicodélicas conocidas, como la dietilamida del ácido lisérgico (LSD), la psilocibina, la ayahuasca y la N,N-dimetiltriptamina (DMT), han informado de respuestas similares. En investigaciones anteriores, las personas que toman estas sustancias han informado de poderosas experiencias místicas que a menudo se caracterizan por una sensación de unidad o unicidad, un estado de ánimo profundamente positivo, una sensación de inefabilidad y la trascendencia del tiempo y el espacio. Al igual que las ECM, uno de los efectos más comunes del consumo de psicodélicos es un cambio fundamental en la actitud del individuo hacia la muerte y el morir, que a menudo se traduce en una reducción del miedo.

“Nos intrigaba el hecho de que tanto las experiencias psicodélicas como las experiencias cercanas a la muerte sin drogas y otras experiencias no ordinarias pueden producir a veces cambios importantes en las actitudes sobre la muerte y el morir, dijo Roland Griffiths, investigador de psicodélicos y autor del estudio. Para la investigación, Griffiths y sus colegas encuestaron a más de 3.900 personas que habían informado de cambios en sus actitudes sobre la muerte y el morir tras una ECM (o una experiencia similar), o una experiencia con LSD, psilocibina, DMT o ayahuasca. Descubrieron que los grupos de psicodélicos y de ECM eran “notablemente” similares en lo que respecta a los cambios de actitud ante la muerte, dijo Griffiths.

Casi el 90% de ambos grupos afirmó que su miedo a la muerte había disminuido, y muchos informaron de mejoras duraderas en los sentimientos de bienestar personal, satisfacción vital, propósito vital y sentido de la vida. Alrededor del 6% por ciento declaró un aumento del miedo a la muerte. Entre el 75% y el 85% calificó la experiencia como una de las cinco más significativas de su vida. Las personas que tuvieron experiencias sin drogas eran más propensas a informar que su experiencia era la más significativa que habían tenido. Las personas que tomaron ayahuasca o DMT tendieron a informar de que los efectos de su experiencia fueron más fuertes y positivos que los que tomaron psilocibina o LSD.

“Las similitudes entre las experiencias ‘naturales’ y las ocasionadas por los psicodélicos sugieren que nuevos estudios con psicodélicos pueden proporcionar un sistema modelo para comprender mejor las experiencias cercanas a la muerte”, dijo Griffiths. “Las similitudes también plantean la posibilidad de que las experiencias puedan compartir mecanismos de acción subyacentes comunes”. Esto podría resultar beneficioso para los investigadores que estudian el uso de psicodélicos como tratamiento de los trastornos del estado de ánimo u otros trastornos psiquiátricos, como la ansiedad al final de la vida.

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