Las corridas de toros vuelven a México en medio de protestas

Con cientos de manifestantes a las afueras de una plaza de toros llena, las corridas de toros se reanudaron en la Ciudad de México este domingo después de que el máximo tribunal del país revocara temporalmente un fallo local que apoyaba a los defensores de los derechos de los animales y suspendiera los eventos por más de un año y medio. La reanudación de las corridas en la Plaza México, el coso taurino más grande del mundo, elevó las expectativas de los aficionados ante una larga batalla legal entre entusiastas y opositores, quienes argumentan que la práctica viola el bienestar animal y afecta los derechos de las personas a un medio ambiente saludable.
El estadio, con capacidad para más de 41.000 espectadores, estaba plenado de vítores de “viva la libertad”, mientras que el primer torero en subir al ruedo fue el reconocido matador mexicano Joselito Adame, ante miles de personas aclamando el regreso de la “fiesta brava”, como también se conoce a las corridas de toros en español. En total, el domingo se torearon seis toros y todos fueron sacrificados. Afuera, horas antes del inicio formal, unas 300 personas se reunieron frente a la Plaza México para protestar contra las corridas de toros. Algunos activistas gritaron “¡Asesinos!” y “¡La plaza se va a caer!” mientras otros tocaban tambores o lucían carteles que decían “El toreo es sadismo”.
“¿Por qué se permitió que volvieran las corridas de toros cuando hay tanta evidencia de todo el daño que le hacen a un ser vivo, como es el toro”, cuestionó el activista Guillermo Sánchez, quien sostenía un cartel que decía “Sadismo disfrazado de cultura, deporte y tradición”. Alfredo Barraza, otro manifestante, dijo que permitir las corridas de toros es un “retroceso en la lucha por los derechos de los animales”. Barraza, quien tenía el rostro cubierto con una máscara de papel con forma de toro, dijo que espera que en algún momento la Ciudad de México “esté libre de espectáculos violentos”.
En el 2022, un juzgado local ordenó el cese de las actividades taurinas en la Plaza México en respuesta a un amparo presentado por la organización civil Justicia Justa, que defiende los derechos humanos. Pero las actividades debían reanudarse el domingo porque la Corte Suprema de Justicia del país revocó en diciembre la suspensión mientras se discuten los méritos del caso y se toma una decisión sobre si las corridas de toros afectan el bienestar animal. Otra organización civil presentó la semana pasada un recurso de apelación por motivos de bienestar animal, en un último intento por evitar que se reanude la actividad.
Los grupos defensores de los derechos de los animales han ido ganando terreno en México en los últimos años, mientras que los seguidores del toreo han sufrido varios reveses. En algunos estados, como Sinaloa, Guerrero, Coahuila, Quintana Roo y la occidental ciudad de Guadalajara, medidas judiciales limitan ahora la actividad. Ganaderos, empresarios y aficionados sostienen que la prohibición de las corridas de toros “afecta sus derechos” y pone en riesgo varios miles de empleos vinculados a la actividad, que dicen genera alrededor de USD $400 millones al año en México. La Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia en México estima que la tauromaquia genera 80.000 empleos directos y 146.000 indirectos.
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