En los últimos años, el consumo y la disponibilidad de la ketamina ha ido en aumento: aunque sigue siendo una droga poco común, su uso recreativo se ha incrementado. La ketamina es un anestésico disociativo y una droga psicodélica que puede inducir alucinaciones, una sensación de alejamiento de la realidad y euforia. En un principio, se aprobó como anestésico para procedimientos quirúrgicos hace más de 50 años. Sin embargo, también ha surgido como un tratamiento potencial para la depresión y el dolor crónico. En dosis bajas, la ketamina ha mostrado resultados prometedores en el tratamiento de la depresión resistente al tratamiento y en el alivio del dolor crónico. Sin embargo, su popularidad ha sido como sustancia ilícita y recreativa, especialmente entre jóvenes.

Como consecuencia, los expertos están observando varios efectos secundarios preocupantes en los consumidores recreativos, como el síndrome de vejiga ketamínica. La vejiga ketamínica se produce cuando la vejiga está inflamada y dañada por el consumo del fármaco. Aunque todavía se desconoce en gran medida por qué la ketamina puede causar problemas de vejiga, una hipótesis es que la droga causa daños cuando se excreta en la orina. Las personas que padecen vejiga ketamínica a menudo necesitan orinar con frecuencia, tienen dificultades para controlar la vejiga y pueden experimentar dolor y malestar.

Un reporte reciente de BBC explica cómo usuarios jóvenes de la droga de alrededor de 20 años de edad están teniendo que recurrir a arriesgadas intervenciones quirúrgicas para reparar los problemas causados por la adicción a la ketamina. Al parecer, el Reino Unido es uno de los países donde ha habido una explosión de graves problemas de vejiga ketamínica, como la destrucción del revestimiento de la vejiga y la necesidad de ir al baño cada media hora, síntomas que normalmente solo se observan entre pacientes de más edad. El artículo habla del caso de Beth, una adicta de 20 años que explica que que no puede caminar 50 metros sin tener que sentarse o correr al baño. El uso de la sustancia le provocó un gran tumor en la vejiga, que los médicos tuvieron que quemar.

El reporte también habla del caso de otro joven que fue tristemente hallado muerto en una ducha tras su adicción a la ketamina mientras estaba en lista de espera para que le extirparan la vejiga. Rian Rogers, de 26 años, había sufrido adicción a la ketamina y acudió a rehabilitación, pero recayó poco después, y la autopsia reveló que su vejiga dañada se había reducido al tamaño de una canica.

“La ketamina destruye el revestimiento de la vejiga, y eso puede tener consecuencias muy graves”, declaró a la BBC Mohammed Belal, urólogo y miembro de la Asociación Británica de Cirujanos Urológicos. “Creo que hemos visto una enorme explosión de jóvenes que toman ketamina en todo el país, y eso significa que vienen a vernos con síntomas urinarios importantes y estos síntomas pueden incluir ir al baño cada hora o incluso cada media hora”. Así que piénsatelo dos veces antes de comenzar a consumir ketamina: la decisión puede tener consecuencias graves para el resto de tu vida.

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