La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. emitió una directiva final y directa para completar acciones administrativas que reflejan la determinación final de la agencia de junio de 2015 de que el uso de aceites parcialmente hidrogenados en alimentos ya no está generalmente reconocido como seguro. Sin embargo, las grasas trans no se eliminarán por completo del suministro de alimentos porque se encuentran naturalmente en la carne y los productos lácteos y están presentes en niveles muy bajos en otros aceites comestibles.

Como ya sabemos, los aceites son líquidos a temperatura ambiente y pueden hidrogenarse mediante alteración química, lo que los vuelve sólidos a temperatura ambiente. Estas grasas trans han abundado en los alimentos manufacturados porque son baratas, mejoran el sabor y son químicamente estables, lo que prolonga su vida útil y también preservan la vida útil de los alimentos. Sin embargo, el aceite parcialmente hidrogenado contiene grasas trans que pueden elevar el colesterol y provocar complicaciones de salud.

Según los investigadores, las grasas trans no tienen beneficios para la salud, pero están asociadas con un mayor riesgo de desarrollar una gran cantidad de enfermedades. Diversos estudios han demostrado que el consumo de grasas trans artificiales está relacionado con una variedad de preocupaciones, en particular, enfermedades cardiovasculares. Cuando se consumen en grandes cantidades, las grasas trans pueden acumularse en el torrente sanguíneo y aumentan el colesterol LDL, que es el colesterol que provoca enfermedades cardíacas. También reducen el HDL, que es el colesterol que protege el corazón. Además, las grasas trans en el torrente sanguíneo pueden provocar obstrucción de las arterias, enfermedad de las arterias coronarias e inflamación.

Los investigadores también han relacionado la ingesta de grasas trans con un mayor riesgo de cáncer de próstata y cáncer colorrectal. Y la ingesta de grasas trans durante el embarazo puede estar relacionada con un menor peso al nacer. Adicionalmente, las grasas trans contribuyen a la resistencia a la insulina, aumentando el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y se han relacionado con el cáncer de mama y el desarrollo de cáncer colorrectal.

Así, que ¿Cómo evitarlas? Presta atención a las etiquetas nutricionales de los alimentos que consumes, y si ves “aceite parcialmente hidrogenado”, es una señal segura de que hay grasas trans escondidas allí. Trata de consumir alimentos integrales, no procesados y de origen vegetal tanto como sea posible.

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