Un hombre italiano se enfrenta a cargos de fraude tras ser sorprendido intentando vacunarse contra el COVID-19 mientras llevaba un brazo falso, un acto calificado como rayando en lo “ridículo” por las autoridades locales. El hombre, al parecer de unos 50 años, quería obtener un “pase verde”, o un certificado de COVID-19, sin estar vacunado, ya que es antivacunas. Llevaba consigo una prótesis de silicona para acudir a su cita para la vacuna en Biella, una ciudad cercana a Turín en la región norteña del Piamonte en Italia.

Los “pases verdes” se introdujeron por primera vez en el país en agosto, y se hicieron obligatorios en el lugar de trabajo en octubre. Los certificados se obtienen al recuperarse naturalmente del virus en los últimos seis meses, o al estar completamente vacunado contra el COVID-19. Los pases también se exigen en otras partes de Europa como parte de las medidas destinadas a frenar la transmisión del virus.

El hombre se presentó en el centro de vacunación COVID-19 de su localidad, firmó un formulario de consentimiento en presencia de un médico y se levantó la manga de la camisa, listo para recibir la inyección. Sin embargo, Filippa Bua, la trabajadora sanitaria encargada de administrarle la vacuna, sospechó que algo no iba bien y le pidió que se quitara la camisa después de observar de cerca la prótesis de silicona. Bua dijo al diario La Repubblica que “se sintió ofendida como profesional”. “El color del brazo me hizo sospechar y entonces le pedí al hombre que se descubriera el resto del brazo izquierdo. Estaba bien hecho pero no era del mismo color”.

El periódico sugirió que el incidente podría no haber sido una excepción, citando un mensaje reciente en las redes sociales que podría haber sido escrito por el hombre en Biella. El mensaje de Twitter mostraba un traje de silicona de medio cuerpo masculino, con brazos y cuello falsos, que estaba a la venta en Amazon por € 488. Junto a la imagen aparecía el mensaje: “Si voy con esto, ¿se darán cuenta? Tal vez debajo de la silicona incluso me ponga algo de ropa extra para evitar que la aguja llegue a mi brazo real”. Al parecer, el hombre le dijo después de quitarse la camisa: “¿Habrías imaginado que tendría un físico así?”. “Al principio pensé que me había equivocado, que se trataba de un paciente con un brazo artificial”, dijo la trabajadora, asegurando que las venas del hombre no eran visibles. En un comunicado conjunto, Alberto Cirio, presidente del Piamonte, y Luigi Icardi, consejero de Sanidad de la región, dijeron que el hombre “tendrá que responder ahora ante la justicia”.

“La rapidez y la habilidad de la trabajadora sanitaria arruinaron los planes de esta persona”, dijeron ambos. “El caso roza el ridículo, si no fuera porque estamos hablando de un gesto de enorme gravedad”, añadieron los funcionarios, señalando que las acciones del hombre fueron “inaceptables frente al sacrificio que toda nuestra comunidad ha pagado durante la pandemia, en términos de vidas humanas, el costo social y económico”, dijeron. A partir del 6 de diciembre, los italianos necesitarán sus pases verdes para cenar en interiores y entrar en lugares como gimnasios, cines, estadios y discotecas.

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