Tras una serie de investigaciones internas, la farmacéutica Moderna informó esta semana que los lotes contaminados de su vacuna COVID-19 enviados a Japón estaban contaminados con partículas de acero inoxidable, pero la empresa no esperaba que supusiera “un riesgo indebido para la seguridad de los pacientes”. La empresa biotecnológica estadounidense se enfrenta a importantes contratiempos en Japón, donde se han suspendido cientos de miles de dosis a raíz de los informes sobre sustancias extrañas detectadas en los viales.

Las autoridades también están investigando la muerte de dos hombres que recibieron dosis de un lote contaminado, pero hasta ahora se desconoce la causa de sus muertes. En un comunicado conjunto con su socio japonés Takeda, Moderna dijo que la contaminación en uno de los tres lotes suspendidos se había rastreado a un defecto de la línea de producción en una fábrica dirigida por su contratista español, ROVI Pharma Industrial Services.

“La rara presencia de partículas de acero inoxidable en la vacuna Moderna COVID-19 no supone un riesgo indebido para la seguridad de los pacientes y no afecta negativamente al perfil beneficio/riesgo del producto”, dijeron en un comunicado. Las partículas metálicas inyectadas en un músculo pueden causar una reacción en el lugar, pero es “poco probable” que viajen más allá, añadieron.

“El acero inoxidable se utiliza habitualmente en válvulas cardíacas, prótesis articulares y suturas y grapas metálicas. Como tal, no se espera que la inyección de las partículas identificadas en estos lotes en Japón provoque un mayor riesgo médico”. Moderna añadió que, por el momento, no había pruebas de que las dos muertes estuvieran relacionadas con la administración de la vacuna y “la relación se considera actualmente como una coincidencia.” Sin embargo, ya hay una investigación en curso.

Como si esto fuera poco, Japón informó de otro caso de contaminación en un lote de vacunas Moderna COVID-19 importadas de España: un farmacéutico había informado de la presencia de “varias partículas negras” en un vial de la vacuna en Kanagawa, al sur de Tokio.

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