Luego de que Nueva York iniciara la nueva temporada de la moda la semana pasada, ahora las miradas se centran en la capital británica, en donde la London Fashion Week comienza a mostrarnos lo que las colecciones Primavera/Verano 2018 tienen para ofrecernos, y estamos seguros de que ninguna se comparará a los diseños o al espectáculos de la diseñadora turca Dilara Findikoglu, quien se fue a la nave de una iglesia católica para llevarnos directamente al infierno.

Después de dos presentaciones más pequeñas, la diseñadora graduada de Central Saint Martins llevó por vez primera su visión a la pasarela de la semana de la moda, con un elenco que incluyó a la ganadora de la séptima temporada de RuPaul’s Drag Race, Violet Chachki, así como la rapera Brooke Candy.

Sin embargo, su show no tuvo nada que ver con lo sagrado: por el contrario, fue una celebración de lo profano y lo pagano, con un soundtrack lleno de new wave de los años 80 y metal, su colección estuvo acompañada de tatuajes faciales, piercings extremos y maquillaje goth, con piezas inspiradas en algunos de sus íconos favoritos: Black Sabbath, Alejandro Jodorowksy y la era Victoriana.

“La música es una gran inspiración para mí, ya sea el pop de los años 80, pero en su mayoría es metal. Me gusta explorar nuevas subculturas y ver lo que llevan puesto porque parece real, en lugar de darle un vistazo a la chica que ya es un icono de estilo. La mayor parte de mi instinto viene de lo que me gusta y de quien soy. Mi trabajo está principalmente compuesto por las cosas que ya están en mí y que estoy explorando: utilizo mucha iconografía religiosa, símbolos ocultos y símbolos mágicos, aunque no crea en ellos”.

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Findikoglu, quien se considera una diseñadora iconoclasta, utiliza en sus diseños embellecidos con detalles como imágenes de tatuajes, bordados otomanos o parches que muestran los logos de sus bandas de metal favoritas, que descubrió cuando era tan sólo una niña en Estambul. En el desfile, incluyó tonos negros, rojos, hot pink y dorados, así como estampados a cuadros con estética punk y goth, dramática y llamativa, con modelos que parecían salidos de Penny Dreadful o de una película de terror llena de los demonios más chic que se puedan imaginar.

A continuación, algunas de las imágenes del desfile y backstage.

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