Gucci y su director creativo, Alessandro Michele, acaban de presentar la nueva campaña de Gucci, titulada Exquisite, y que es verdadero homenaje al cine y a uno de sus más extraordinarios maestros, el director Stanley Kubrick. En una declaración, Michele cuenta que el mundo del cine siempre le ha fascinado, gracias a su capacidad para contar historias capaces de investigar a fondo la realidad, la aventura de la vida humana y sus derivas.

“Cuando pienso en un vestido, nunca lo imagino separado de la historia y la vida de quien lo lleva. Un vestido, para mí, nunca es sólo un trozo de tela, sino el instrumento a través del cual somos capaces de narrar lo que decidimos ser, de plasmar nuestros deseos y el sentido último de nuestro ser”, cuenta. “Por ello, siempre he pensado en mis colecciones como películas capaces de plasmar una cinematografía del presente: una partitura de historias, ecléctica y disonante, capaz de sacralizar lo humano y su capacidad metamórfica”.

Con la campaña Exquisite, Michele pone en marcha lo que denomina “un acto de amor” hacia Kubrick, fuente de profunda inspiración para el director creativo de la casa de moda, que reinterpreta sus películas tomándose la libertad de descomponerlas, mezclarlas y volverlas a montar poblándolas de looks Gucci. En los planos de la campaña podemos reconocer los escenarios de algunas de las películas más famosas del director neoyorquino pero nacionalizado británico, entre ellas: Barry Lyndon, The Shining, Eyes Wide Shut, A Clockwork Orange y 2001: A Space Odyssey.

“En las secuencias seleccionadas todo se convierte en una imagen icónica, simbólicamente refinada pero capaz de depositarse en una cultura decididamente popular”, dice Michele. “Al final, elegí a Kubrick también por esta razón. Lo que produjo forma parte del imaginario colectivo. Su condición de adivino de la visión ha hecho que sus obras sean tan reconocibles como la Capilla Sixtina, la Virgen de las Rocas o Los Simpson“.

La diseñadora de vestuario italiana Milena Canonero, ganadora de cuatro premios de la Academia al mejor vestuario (el primero en 1976 por Barry Lyndon), también formó parte de la realización de la campaña, y según Michele, esta “aceptó mi invitación para retomar algunas de las escenas que la consagraron como estrella indiscutible de la historia del vestuario cinematográfico. Su presencia en este proyecto es para mí un regalo conmovedor e inestimable”.

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