Gisèle Pelicot, la víctima de violaciones en masa organizadas por su marido durante más de una década, condenó el día de hoy la cobardía de las decenas de hombres acusados de abusar de ella que afirman “no haberse dado cuenta” de que lo que hacían era una violación. Su marido, Dominique Pelicot, admitió recientemente que la drogó e invitó a desconocidos a su casa para violarla mientras estaba inconsciente, en uno de los juicios penales más sonados de la historia reciente de Francia.

La mayoría de los otros 50 hombres juzgados han declarado que no se dieron cuenta de que la estaban violando, que no tenían intención de hacerlo o que culparon de todo al marido, que, según ellos, los había manipulado. “Para mí, éste es el juicio de la cobardía. No hay otra forma de describirlo”, declaró Gisèle Pelicot el martes, añadiendo que no había excusa para abusar de ella cuando estaba inconsciente.

Los vídeos grabados por su marido y mostrados en el juicio en las últimas semanas la han mostrado repetidamente inmóvil, a veces roncando, mientras el acusado abusaba de ella. “Cuando entras en un dormitorio y ves un cuerpo inmóvil, ¿en qué momento [decides] no reaccionar?”, dijo en un discurso dirigido a los acusados, muchos de los cuales se encontraban en la sala. “¿Por qué no salieron inmediatamente para informar a la policía?”.

Gisèle Pelicot se enteró de los malos tratos hace sólo cuatro años, cuando la policía se topó con vídeos y fotos que su marido había grabado de los abusos que orquestaba. Dijo al tribunal que estaba enfadada con los acusados, entre otras cosas, porque cualquiera de ellos podría, en cualquier momento, haber puesto fin a su calvario si hubieran denunciado a su marido. “Deben asumir la responsabilidad de sus actos. Violaron. Una violación es una violación”, añadió.

Esta la tercera vez que Gisèle Pelicot se dirige al tribunal de Aviñón, en el sur de Francia, mientras el juicio se encamina a emitir sus veredictos y sentencias el 20 de diciembre. Según la legislación francesa, Gisèle Pelicot podría haber pedido que el juicio se celebrara a puerta cerrada. En lugar de ello, pidió que se celebrara en público, con la esperanza de que sirviera para que otras mujeres hablaran y demostraran que las víctimas no tienen nada de qué avergonzarse. “Es hora de que esta sociedad machista y patriarcal cambie su forma de ver la violación”, declaró ante el tribunal. Dijo que nunca perdonaría a su marido.

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