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Album Reviews

FKA twigs

EUSEXUA

Portada del álbum "EUSEXUA" de FKA twigs.
6
Words Antonio Rodríguez Molina

Hablando sobre el proceso contemplativo en la experiencia artística, el escritor Ken Wilber explica, entre otras cosas, cómo el poder trascendente de la obra de arte ha bebido tradicionalmente de la transformación espiritual. “Poco importa, en este sentido, el contenido concreto de la obra”, relata en El Ojo del Espíritu (Kairós, 2005), concluyendo que “la auténtica obra de arte nos atrapa ―incluso contra nuestra voluntad― y nos deja absortos y en silencio, liberados del deseo y del ego, y ajenos a todo intento de apresar”. Más allá de los debates que esto pueda generar, y de cómo aplicar visiones más contemporáneas al análisis de la música pop, sirve de punto de partida para abordar EUSEXUA, el esperado tercer álbum de la cantante, compositora, productora y bailarina británica FKA Twigs. Con título homónimo y tras varios teasers en sus redes sociales, la artista presentó el primer single de este nuevo proyecto en septiembre de 2024. Un exquisito tema producido por ella misma junto a Koreless y Eartheater (que hace los coros en la canción), y que evocaba la experiencia EUSEXUA, según explica la artista en la nota de prensa del disco, “esa sensación cuando llevas toda la noche bailando y pierdes siete horas con la música. También es si conoces a alguien que te gusta de verdad y os besáis toda la noche, y os besáis durante todas las horas. Pierdes el tiempo.”

Una experiencia liberadora, espiritual, indispensablemente vinculada a la danza y a la libertad del movimiento corporal. El video, un cortometraje donde Twigs es la protagonista en una aburrida y capitalista oficina es una representación escénicamente atractiva de esta idea. Dirigido por Jordan Hemingway y con una imponente coreografía a cargo de Zoi Tatopoulos, la artista hace muestra de su increíble talento para la danza, mientras canta con su delicada y cautivadora voz sobre una inquietante deducción del concepto del álbum: People always told me that I take my love too far / Then refuse to help me / I was on the edge of something greater than before / But nobody told me EUSEXUA. La pasión está presente y EUSEXUA parece ser una adaptación postmoderna del nirvana, una invitación a otro mundo, y que según la artista había avanzado, estaba inspirada por la escena techno-rave de Praga (que data de los 90, y cuyo máximo exponente reside en la sala Roxy Prague) donde el drum and bass gozaba de devoción popular. Sin duda, EUSEXUA es una de las mejores canciones de la carrera de Twigs, y, producida en colaboración con Koreless, se identifica fácilmente la habilidad para una contención medida en la producción y la progresión por parte de este último, resultante en misterio, en el mejor de los sentidos. Pero ¿qué hay dentro de EUSEXUA? ¿En qué consiste?

FKA Twigs comenzó a formarse como bailarina al mudarse a Londres cuando tenía 17 años. Sus primeros EP le hicieron merecedora de un considerable interés por parte de la industria musical. Su primer álbum de estudio, LP1 (2014), fue aclamado por la crítica y alcanzó el número 16 en la lista de álbumes del Reino Unido y el número 30 en Billboard 200 de Estados Unidos. Su creatividad única y autodidacta le ha valido innumerables premios y nominaciones, pues encarna la cultura de la última década: una fusión de música, cine, arte y moda. Su mixtape CAPRISONGS (Young, 2022) le valió el premio Godlike Genius de la revista NME, convirtiéndola en la más joven galardonada hasta la fecha. Este año recibirá el prestigioso premio a la contribución más destacada a la música británica, concedido por Music Producers Guild (la asociación de productores musicales del Reino Unido). Con tan solo 37 años, Tahliah Debrett Barnett (su nombre real) lleva toda una vida de esfuerzos creativos.

Volviendo al presente, en el disco encontramos además otras dos maravillosas canciones, los dos siguientes singles que ya conocíamos: Perfect Strangers y Drum Of Death. Co-producidos también junto a Koreless, vienen acompañados de sendos espectaculares videos que refuerzan la narrativa del concepto tan aparentemente trascendental de EUSEXUA, pero por los que empieza también a asomar la gran cuestión de este disco: ¿cuál es el concepto? O, mejor dicho, ¿cómo se articula?

Si bien Perfect Strangers es una muy buena canción pop, la idea de dos desconocidos revolcándose no es precisamente novedosa, ni aquí tiene una representación que vaya más allá de un lucido ejercicio estético. Drums of Death parece bienintencionada, pero tropieza con otro estereotipo: Relax and ease your mind / Cause you work so much no tiene, desgraciadamente, un peso político o poético a estas alturas de la vida. Y lo peor; según avanzamos en el disco, EUSEXUA se desinfla, es repetitivo y no hay rastro de esa influencia de esa escena techno-rave que se había utilizado como pitch del disco. Lo cuál no sólo da para reflexionar sobre la gran industrialización de la música electrónica de las dos últimas décadas y el vacío experiencial que lleva, y que deja, más allá de un buen rato de desconexión o puro hedonismo (nada malo en ello, pero desde luego no innovador). Sino que lo que nos encontramos es más bien un refrito de canciones donde la artista casi recrea en su totalidad algunas de las canciones del mítico Ray of Light de Madonna (Maverick Records, 1998). Por ejemplo, Girl Feels Good (FKA Twigs) es un calco de Swim (Madonna), y la letra se revuelca por un barrizal de los mismos tópicos de los primeros singles del disco, pero con menos ingenio y donde no parece haber alma. Ocurre lo mismo con Rooms of Love (FKA Twigs) que suena extremadamente similar a Sky Fits Heaven (Madonna), con exactamente los mismos acordes de piano. O Keep It, Hold It (FKA Twigs) cuya melodía también se parece a Mer Girl (Madonna) de una forma un tanto sospechosa. Y es que hay algo que tienen en común todas estas canciones, a pesar de su separación temporal: Marius de Vries es productor de todas ellas. Y esto produce inmediatamente el efecto de querer escuchar Ray of Light; una actividad que si bien nos recuerda que es un disco impecable a nivel técnico, también nos sitúa ante un planteamiento muy diferente hacia el uso de la espiritualidad por artistas occidentales como una especie de construcción del imaginario propio. Por un lado, no es algo muy original por parte de FKA Twigs; por ejemplo, Björk lleva décadas trabajando sus discos con un planteamiento parecido, pero donde la artista asume riesgos a la hora de innovar musicalmente, y nos propone universos que introducen otros lenguajes en la cultura pop, donde la naturaleza es protagonista, en ocasiones, en primera persona. Pero por otro, produce la necesidad de una lectura del apropiacionismo musical y visual del exitoso disco de Madonna, que no estábamos preparados para abordar en 1998, y que se repite en EUSEXUA.

Sin embargo, el momento más sonrojante, e inexplicable viniendo de Twigs y su trayectoria, se da en Childlike Things. Aquí no es que se escape el concepto musical supuestamente prometido; se trata de una canción que, de nuevo, recuerda a las producciones de Ray of Light (Madonna), tiene textualmente la misma percusión de la canción Bucky Done Gun de M.I.A. (Arular, XL Recordings 2005), y contiene, inexplicablemente, una colaboración con North West. Sí, la hija de Kanye West y Kim Kardashian hace una aparición a modo de featuring cantando en japonés (¿?) dejando tres claras conclusiones: la canción es mala; West es, desgraciadamente, una niña de 11 años muy explotada por sus progenitores; y de nuevo, hay un ejercicio de apropiación cultural de muy mal gusto. Es obsceno.

El final del disco levanta un poco con 24hr Dog, un tema un poco más original con un interesante diseño sonoro contemplativo, y que parece tener un componente sarcástico; o con Wanderlust, una regresión a la Twigs de LP1 en la que la artista juega con la dualidad monólogo/diálogo de forma un poco Dogme’95; pero ambas acaban generando el mismo interés que una plantilla de Canva. Striptease, por otro lado, sí que es una canción destacable: I wanna show you / I’ve got a birthmark on my mind / I think you’ll like it […] I’m stripping my heart till my pain disappears. En este track la artista británica muestra vulnerabilidad con su estilo más particular, su familiar lenguaje, y con ejemplos poéticos más cercanos a su fabuloso cellophane (MAGDALENE, Young 2019). Igualmente, va acompañado de otro magnífico video, continuista con el recorrido del storyline de los singles que ya conocíamos, y que deja una posible certeza: quizás hay que leer EUSEXUA como una obra audiovisual. No solo por el evidente talento de FKA Twigs para expresarse en este formato, sino porque sin ese apartado visual tan bien arqueado la música de este álbum hace las funciones de muleta en gran parte de sus momentos, como si se hubiese generado una banda sonora deprisa para acompasar una idea más bien gráfica.

Desgraciadamente, hay demasiado branding en EUSEXUA. El disco se presenta de forma pretenciosa eludiendo a una experiencia que, simplemente, no se da al escucharlo. Y no tiene por qué darse siempre, por supuesto; pero el problema de mercadear un disco aludiendo a referentes estéticos que el mundo de las tendencias se ha re-apropiado una y otra vez dentro del mercado del estilo y el diseño de moda, es que están tan trabajados y explotados por el sistema productivo que, desgraciadamente, en este contexto pierden su esencia y se convierten en meras editoriales de una revista de papel bueno, que son, simplemente, estéticamente bonitas. En el disco hay grandes momentos que refieren al talento de Twigs, y que son las canciones más fieles a su singular estilo; sin embargo no suman ni siquiera la mitad de las 11 canciones de este proyecto.

En tiempos en los que parece que la música avanzada no termina de acceder a la corriente más comercial del pop mainstream, la decepción aquí llega de la mano de la nostalgia (otra vez). El poso que deja este disco es el de un material con una producción exquisita, una voz impecable y unas letras aparentemente desafiantes y poéticas. Pero es como una casa muy bien decorada con productos de lujo, en la que no se habita, no se vive. EUSEXUA tiene hasta su propio símbolo, a lo Prince; pero da la sensación del que diseño gráfico se creó antes que la propia música. Hay una considerable ausencia de la espontaneidad, del error como ejercicio artístico; el disco está orquestado con precisión y muchos detalles, y el apartado visual es impresionante; es el aspecto del que mayor alarde puede hacer la artista en esta propuesta. Desafortunadamente, su contribución al discurso cultural queda inexistente, y viniendo de una artista como FKA Twigs, esperábamos que, al menos, ante tanta ejecución pudiésemos vislumbrar a la artista que nos regaló, por ejemplo, el impresionante CAPRISONGS (Young, 2022). Un disco que brillaba precisamente por la cercanía y el desenfado (también muy bien ilustrados); dos conceptos que se pretenden en EUSEXUA, pero que desde luego no se materializan.

Escucha EUSEXUA en su totalidad a continuación.

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