En los últimos años, la posición de la medicina con sustancias que históricamente han sido consideradas prohibidas y razón suficiente para meterse en problemas legales ha cambiado considerablemente: drogas como la MDMA y la ketamina están siendo utilizadas bajo condiciones controladas en pruebas médicas y estudios que demuestran su utilidad más allá de ser drogas recreacionales: muchas de ellas están utilizándose para combatir la depresión, la ansiedad, las adicciones y hasta el estrés post-traumático.

Los hongos alucinógenos, además de ser la droga más segura que podemos consumir, son considerados incluso mejores que el cannabis con respecto a sus beneficios: no solo imita los efectos de la serotonina en el cerebro, haciéndonos un tanto eufóricos pero también en paz con el mundo y el medio ambiente, sino que algunos tratamientos controlados de psilocibina (el elemento activo de los hongos alucinógenos) han probado que ayudan a dejar de fumar.

Los beneficios de los hongos son tales, que recientemente en Oregon el Fiscal General del estado dio luz verde al lenguaje para una nueva medida en la que los ciudadanos de esa zona de los Estados Unidos podrán votar para hacer que los hongos psicodélicos sean legales, y lo mejor de todo, es que es por una buena causa: reducir el crimen.

Según la Public Broadcasting de Oregon, la medida haría legal que las personas con licencia siembren, suministren y posean hongos alucinógenos con psilocibina, no solo ocasionando que se reduzcan las sanciones penales por la producción y posesión de hongos con psilocibina, que actualmente es un delito grave. De esta manera, la Oregon Psilocybin Society tiene planeado comenzar a recoger las 140.000 firmas necesarias para incluir la pregunta en un referéndum local que se llevaría a cabo en el año 2020.

“La intención de la Oregon Psilocybin Society es avanzar en un modelo terapéutico innovador que actualmente se está perfeccionando en los entornos de investigación en las mejores universidades de todo el mundo”, explicaron Tom y Sheri Eckert, líderes del movimiento.

De esta manera, las condenas estatales por posesión de homgos psicodélicos recibirían un perdón por no ser considerados crímenes, sino que habría la posibilidad de “limpiar” los antecedentes penales de estas personas. Eso sin hablar de que los ciudadanos podrían adquirir libremente los hongos, haciéndolos más relajados y felices, y probablemente dándoles muchas menos ganas de cometer fechorías. Todos ganan.

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