Tras meses de acuerdos, demandas, dudas y conflictos, Elon Musk finalmente tomó el control de Twitter y despidió a sus principales ejecutivos a última hora del jueves, en un acuerdo que pone una de las principales plataformas para el discurso global en manos del hombre más rico del mundo. Musk despidió al director general Parag Agrawal, así como al director financiero y al jefe de seguridad de la compañía.

La noticia se produce horas antes de que se cumpliera el plazo fijado por el tribunal para que Musk sellara su acuerdo de compra de la red social. Musk tuiteó a primera hora del día que iba a comprar Twitter “porque es importante para el futuro de la civilización tener una plaza digital común, donde se pueda debatir una amplia gama de creencias de manera saludable”. Mientras tanto, la Bolsa de Nueva York publicó una orden pendiente para suspender la cotización de Twitter antes de la sesión del viernes.

El cierre del acuerdo supone la culminación de un largo e interminable tira y afloja entre el multimillonario y la red social. Musk trató de dar un paso atrás en el acuerdo con Twitter poco después de que su oferta no solicitada fuera aceptada en abril, y dijo en julio que cancelaba el contrato porque fue engañado por Twitter sobre el número de cuentas “bot” falsas, acusaciones rechazadas por la compañía. Twitter, a su vez, trató de demostrar que Musk estaba inventando excusas para retirarse simplemente porque había cambiado de opinión.

Después de que Musk intentara rescindir la venta, Twitter presentó una demanda para que Musk cumpliera el acuerdo. Ante la inminencia de un juicio, el imprevisible multimillonario capituló y reactivó su plan de adquisición. Musk dijo durante una reciente llamada de ganancias de Tesla que estaba “entusiasmado” con el acuerdo de Twitter a pesar de que él y los inversores están “pagando de más”. Algunos empleados que preferían no trabajar para Musk ya se han ido, dijo un trabajador que pidió permanecer en el anonimato para poder hablar con más libertad. “Pero una parte de la gente, incluido yo, está dispuesta a darle el beneficio de la duda por ahora”, dijo el empleado.

La idea de que Musk dirija Twitter ha alarmado a los activistas que temen un aumento del acoso y la desinformación, ya que el propio Musk es conocido por trolear a otros usuarios de Twitter. Pero Musk dijo que es consciente de que Twitter “no puede convertirse en un infierno de libertad donde se puede decir cualquier cosa sin consecuencias”. Musk se ha comprometido a reducir la moderación de contenidos al mínimo, y se espera que despeje el camino para que el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, vuelva a la plataforma. “Estoy muy contento de que Twitter esté ahora en manos sensatas, y ya no estará dirigido por lunáticos y maníacos de la izquierda radical que realmente odian a nuestro país”, dijo Trump el viernes en su plataforma Truth Social.

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