El peligroso crecimiento del consumo de ketamina entre los más jóvenes

En los últimos años, el consumo de ketamina, una sustancia inicialmente desarrollada como anestésico para uso médico y veterinario, ha experimentado un preocupante aumento entre los jóvenes. Lo que antes se limitaba a contextos clínicos o a círculos muy específicos de usuarios, ha trascendido a un uso recreativo cada vez más extendido. El consumo crónico de esta sustancia está generando serios riesgos para la salud pública, especialmente entre los adolescentes y adultos jóvenes, quienes parecen subestimar los peligros asociados a la ketamina.
El uso recreativo de la ketamina, una moda en ascenso
La ketamina, conocida coloquialmente como Special K o simplemente K, ha ganado popularidad en entornos festivos y de ocio nocturno. Su capacidad para inducir estados de disociación, alucinaciones y una sensación de desconexión de la realidad la ha convertido en una droga atractiva para quienes buscan experiencias intensas o escapistas. Además, su relativa accesibilidad y bajo costo en comparación con otras sustancias psicoactivas han contribuido a su expansión. Sin embargo, este uso recreativo oculta un lado oscuro: la ketamina no es una droga inocua, y su consumo sin supervisión médica puede tener consecuencias devastadoras.
El caso de The Vivienne
Un caso que ha llamado la atención recientemente es el de The Vivienne, la conocida drag queen y ganadora de la primera temporada de RuPaul’s Drag Race UK. Durante años, The Vivienne habló abiertamente sobre su lucha contra la adicción a la ketamina, describiendo cómo su consumo comenzó como una forma de manejar el estrés y la presión de la fama, pero rápidamente se convirtió en una dependencia que afectó su salud mental y física. Lamentablemente, a principios de este año, falleció a consecuencia del consumo de la sustancia, y sus familiares y amigos quisieron compartir esa información para que otros usuarios recreativos estén conscientes del peligro que corren al consumirla.
El riesgo de adicción y la rápida tolerancia
Uno de los aspectos más peligrosos de la ketamina es su alto potencial adictivo. A diferencia de lo que muchos jóvenes creen, esta sustancia no es segura ni controlable. El cuerpo desarrolla rápidamente tolerancia a la ketamina, lo que significa que los usuarios necesitan dosis cada vez más altas para alcanzar los mismos efectos. Este ciclo puede llevar a un consumo compulsivo y, en muchos casos, a una adicción. Además, la dependencia psicológica es igual de preocupante: muchos usuarios recurren a la ketamina como una forma de evadir problemas emocionales o situaciones estresantes, lo que agrava aún más el riesgo de abuso.
Las consecuencias del abuso de la ketamina
El consumo excesivo de ketamina puede tener graves consecuencias tanto a corto como a largo plazo. A nivel físico, puede causar daños en el sistema urinario, incluyendo cistitis y úlceras en la vejiga, así como problemas gastrointestinales y cardíacos. A nivel mental, su uso prolongado está asociado con trastornos de ansiedad, depresión y psicosis. Además, la disociación que provoca la ketamina puede llevar a comportamientos de riesgo, como accidentes o situaciones de vulnerabilidad, ya que los usuarios pierden la noción de la realidad. En casos extremos, el consumo de dosis elevadas puede resultar en paro respiratorio o incluso la muerte.
Mantente informado
Ante este panorama, es crucial que conozcas los riesgos reales de la ketamina y deshacerte de la idea de que es una droga “menos dañina” que otras. Historias como la de The Vivienne nos recuerdan que detrás de cada caso de adicción hay una persona que necesita ayuda y comprensión, antes de que sea demasiado tarde. La ketamina no es un juego, y sus consecuencias pueden ser irreversibles. Mantente informado.
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