El Papa Francisco se unió este viernes a Giorgia Meloni, la primera ministra conservadora de Italia, para animar a los italianos a tener más hijos, denunciando la precariedad financiera a la que se enfrentan las parejas jóvenes y las decisiones “egoístas” que han llevado a una tasa de natalidad baja récord que amenaza el futuro económico del país.

Francisco instó a emprender acciones políticas concretas para invertir el “invierno demográfico”, que en términos de población provocó el año pasado la desaparición de una ciudad del tamaño de Bari. Arremetiendo contra las parejas que tienen mascotas en lugar de hijos, Francisco pidió que se dediquen recursos a ayudar a las parejas a hacer crecer sus familias, diciendo que era necesario “sembrar el futuro” con esperanza.

“No nos resignemos a un estéril aburrimiento y pesimismo”, dijo Francisco en una reunión anual de organizaciones pro-familia. “No creamos que la historia ya está marcada, que no se puede hacer nada para invertir la tendencia”. Advirtiendo que en algunos hogares los animales domésticos sustituyen a los niños, el Papa contó cómo una mujer había abierto su bolso y le había pedido que “bendijera a su bebé”. Sin embargo, se trataba de un perrito. “Perdí la paciencia y la regañé: hay muchos niños que tienen hambre, ¿y tú me traes un perro?”, añadió, provocando una salva de aplausos de la multitud.

Italia registró el año pasado una cifra récord de 392.598 nacidos vivos, lo que, combinado con un elevado número de fallecimientos, 713.499, ha acelerado la tendencia demográfica que amenaza con colapsar el sistema de seguridad social del país. El gobierno de la primera ministra Giorgia Meloni apoya una campaña para fomentar al menos 500.000 nacimientos anuales de aquí a 2033, un ritmo que los demógrafos consideran necesario para evitar el colapso de la economía mediante el aumento de la población asalariada a medida que los jubilados van cobrando sus pensiones.

Meloni llegó al poder el año pasado con una campaña pro-familia de “Dios, familia, patria” y su gobierno ha propuesto una serie de medidas para tratar de animar a las familias a tener más hijos, incluyendo recortes fiscales para aumentar el poder adquisitivo, dado que la tasa de fertilidad de Italia, de 1,24 hijos por mujer, está entre las más bajas del mundo. Numerosos estudios apuntan a una combinación de factores que disuaden a las mujeres de tener hijos, como la falta de guarderías a precios asequibles, los bajos salarios y los contratos de trabajo precarios, y la tradición de que las mujeres soporten a menudo la carga de cuidar a los padres mayores.

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