Un nuevo estudio publicado en JAMA Network Open ofrece una visión completa de los efectos del consumo de cannabis medicinal durante un año en la función cerebral, con resultados sorprendentes. A pesar de la creciente popularidad del cannabis como tratamiento para síntomas como la depresión, la ansiedad, el dolor y el insomnio, el estudio no encontró cambios significativos en la actividad cerebral vinculada a las funciones cognitivas tras un año de consumo.

La investigación, dirigida por Debbie C. L. Burdinski, y un equipo de expertos de la Asociación Médica Americana, exploró las implicaciones neuronales del consumo de cannabis en 57 adultos que habían obtenido recientemente tarjetas de cannabis medicinal (MCC) para el alivio de los síntomas. Llevada a cabo durante tres años, de 2017 a 2020, en el área metropolitana de Boston, el estudio tuvo como objetivo examinar si el consumo regular de cannabis afectaba procesos cognitivos como la memoria de trabajo, el procesamiento de recompensas y el control inhibitorio, áreas clave que a menudo se cree que se ven afectadas por el consumo de cannabis.

Los participantes se sometieron a resonancias magnéticas funcionales al inicio del estudio y un año después para evaluar la actividad cerebral durante tareas que requerían memoria, control de los impulsos y toma de decisiones. Estos resultados se compararon con los de un grupo de control que no consumía cannabis. Sorprendentemente, el estudio no registró “diferencias estadísticamente significativas en la activación cerebral entre los dos momentos” en el grupo que consumió cannabis medicinal. Tampoco hubo relación entre la frecuencia del consumo de cannabis y los cambios en la actividad cerebral al cabo de un año.

Los autores del estudio señalan que esta investigación es única porque examina los cambios longitudinales en adultos que empezaron a consumir cannabis por razones médicas, en contraposición al consumo recreativo. “El cannabis se utiliza cada vez más para tratar síntomas médicos, pero se desconocen los efectos sobre la función cerebral de quienes lo consumen por estos síntomas”, afirma el informe. El estudio analizó tres áreas cognitivas clave: la memoria de trabajo, el procesamiento de recompensas y el control inhibitorio. A menudo se piensa que el cannabis influye en estas funciones, sobre todo en los consumidores recreativos que consumen dosis elevadas. Sin embargo, esta nueva investigación sugiere que el consumo moderado de cannabis con fines médicos puede no perjudicar significativamente estas funciones.

Se trata de un hallazgo significativo, ya que investigaciones anteriores habían sugerido que el cannabis podría perjudicar estas capacidades cognitivas. Pero los resultados de este estudio indican que, al menos para los consumidores moderados que buscan alivio de los síntomas, esos temores pueden ser infundados. Con el rápido crecimiento del sector del cannabis medicinal, este estudio ofrece una valiosa perspectiva. A medida que aumenta el número de adultos que recurren al cannabis para aliviar el dolor crónico, la ansiedad y otras afecciones, es fundamental conocer los posibles efectos a largo plazo sobre el cerebro. Sin embargo, los autores del estudio advierten que se necesita más investigación, sobre todo con poblaciones más jóvenes y dosis más altas de cannabis.

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