El brutal asesinato transfóbico de Sara Millerey sacude a Colombia

El pasado 4 de abril, Sara Millerey González, una mujer trans de 32 años, fue brutalmente asesinada en el municipio colombiano de Bello, Antioquia. La víctima fue golpeada severamente, sus brazos y piernas fueron fracturados, y posteriormente fue arrojada a la quebrada La García, donde los agresores le ordenaron que nadara. A pesar de que su agonía fue grabada y difundida en redes sociales, nadie la auxilió debido a las amenazas de los atacantes. Sara fue rescatada por bomberos y policías tras dos horas en el agua, pero falleció en el hospital el domingo 6 de abril debido a la gravedad de sus heridas.
Este crimen ha generado una fuerte reacción en Colombia, destacando la persistente violencia contra las personas trans. Según la organización Caribe Afirmativo, en lo que va del año se han registrado 25 asesinatos contra personas LGBTQI+, de los cuales 15 eran personas trans. La Defensoría del Pueblo de Colombia también alertó sobre el aumento de transfeminicidios y casos de violencia por prejuicio en el país, reflejando una preocupante tendencia hacia la discriminación sistemática.

En respuesta al asesinato, el director de la Policía Nacional, Carlos Fernando Triana, anunció la creación de un grupo especial de investigación para esclarecer los hechos y capturar a los responsables. Además, se mantiene una recompensa de cien millones de pesos colombianos para quienes brinden información relevante. Las autoridades locales han señalado que no se tienen sospechosos concretos hasta el momento y que las investigaciones continúan.

La indignación social también se ha manifestado a través de homenajes y protestas en diversas ciudades del país. Organizaciones defensoras de derechos humanos y activistas han denunciado este caso como un ejemplo más de la violencia sistemática contra las personas trans en Colombia. El presidente Gustavo Petro calificó el crimen como un acto fascista y destacó la necesidad urgente de combatir los discursos de odio que perpetúan estas agresiones.
Mientras tanto, la familia de Sara Millerey ha pedido justicia por su asesinato. Su madre, Sandra Borja, expresó su dolor y describió a Sara como una persona alegre y querida en su comunidad. Una vez más, casos crueles y lamentables como este dejan en claro la transfobia de los países latinoamericanos, y cómo esta población continúa siendo una de las más vulnerables, y al mismo tiempo, una de las más atacadas alrededor del mundo.
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