Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos calificaron esta semana de “amenaza urgente” a un hongo emergente que, según un nuevo estudio, se ha extendido a un “ritmo alarmante” por los centros sanitarios. Los casos de Candida auris (C. auris), que es resistente a varios medicamentos antifúngicos, han aumentado cada año desde que se informó por primera vez en 2016. Su aumento más rápido se produjo entre 2020 y 2021, según un estudio publicado este lunes en Annals of Internal Medicine.

“El rápido aumento y la propagación geográfica de los casos son preocupantes y enfatizan la necesidad de una vigilancia continua, una mayor capacidad de laboratorio, pruebas de diagnóstico más rápidas y la adhesión a la prevención y control de infecciones comprobadas”, dijo la autora principal, la Dra. Meghan Lyman, epidemióloga de los CDC. Los investigadores se mostraron igualmente preocupados por el número de infecciones resistentes a las equinocandinas, el medicamento antimicótico recomendado para el tratamiento, que se triplicó en comparación con los dos años anteriores. Las infecciones fúngicas pueden poner en peligro la vida de las personas más expuestas en los entornos hospitalarios, como los pacientes muy enfermos, los que llevan dispositivos médicos invasivos o los que permanecen mucho tiempo o con frecuencia en centros sanitarios, señala la agencia.

Según los CDC, Candida auris es un hongo resistente a los medicamentos que puede causar brotes en los centros sanitarios. El hongo puede infectar el torrente sanguíneo e incluso causar la muerte al invadir la sangre, el corazón y el cerebro, según la agencia. Más de uno de cada tres pacientes muere de una infección de este tipo. Los expertos afirman que este patógeno también es peligroso porque suele ser resistente a los medicamentos antifúngicos utilizados habitualmente para tratar las infecciones. También es difícil de identificar sin tecnología de laboratorio especializada y a menudo se confunde con otras infecciones.

Según la agencia, C. auris se identificó por primera vez en 2009 en Asia y se ha extendido rápidamente por todo el mundo. Desde que comenzó a propagarse en los Estados Unidos en 2015, los casos reportados han aumentado más del 300%. El C. auris no siempre causa infección y se puede llevar en la piel de un paciente, dijo el CDC, lo que permite una propagación más fácil a los demás. Pero cuando causa infección, puede ser difícil de identificar, ya que la mayoría de las veces se produce en pacientes que ya están enfermos con otras enfermedades y presentan síntomas.

Según los CDC, los síntomas más frecuentes de C. auris son fiebre y escalofríos que no mejoran tras la administración de antibióticos. Los expertos afirman que las infecciones fúngicas, incluida la de C. auris, también son difíciles de tratar porque los antifúngicos pueden ser nocivos para el ser humano. “Lo que da miedo de la candida auris y de cualquiera de las infecciones fúngicas resistentes a los fármacos es lo difícil que resulta encontrar antifúngicos buenos y seguros, porque las personas y los hongos están hechos de la misma pasta”, afirma Price, que no participa en el estudio de los CDC. Los antifúngicos también se utilizan en exceso en la agricultura, lo que puede contribuir a la aparición de cepas resistentes a los fármacos.

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