EE.UU.: El jefe de ChatGPT dice a los legisladores que la regulación es “crítica” para la IA

Sam Altman, el director ejecutivo de OpenAI de ChatGPT, dijo esta semana a los legisladores de Estados Unidos que la regulación gubernamental de la inteligencia artificial es “crítica” debido a los riesgos potenciales que plantea para la humanidad. Altman aprovechó su comparecencia ante un subcomité judicial del Senado estadounidense para instar al Congreso a imponer nuevas normas a las grandes tecnológicas, a pesar de las profundas divisiones políticas que durante años han bloqueado la legislación destinada a regular Internet.
“Si esta tecnología sale mal, puede salir bastante mal”, dijo a la audiencia Altman, que se ha convertido en el rostro mundial de la IA. “OpenAI se fundó con la convicción de que la inteligencia artificial tiene el potencial de mejorar casi todos los aspectos de nuestras vidas, pero también de que genera graves riesgos”, dijo, pero ante la preocupación por la desinformación, la seguridad laboral y otros peligros, “creemos que la intervención reguladora de los gobiernos será fundamental para mitigar los riesgos de unos modelos cada vez más potentes”. Debido a esto, Altman propuso la creación de una agencia estadounidense o mundial que concediera licencias a los sistemas de IA más potentes y tuviera autoridad para “retirarlas y garantizar el cumplimiento de las normas de seguridad”.
La startup de Altman, con sede en San Francisco, saltó a la palestra pública tras lanzar a finales del año pasado ChatGPT, una herramienta de chatbot gratuita que responde a preguntas con respuestas convincentes de apariencia humana. Pero la preocupación inicial por la posibilidad de que los estudiantes utilizaran ChatGPT para hacer trampas en sus tareas se ha ampliado a preocupaciones más generales sobre la capacidad de la última generación de herramientas de “inteligencia artificial generativa” para engañar a la gente, difundir falsedades, violar la protección de los derechos de autor y perturbar algunos puestos de trabajo.
Aunque reconoce el enorme potencial de las herramientas de IA, Altman sugirió que el gobierno de EE.UU. podría considerar una combinación de requisitos de licencias y pruebas antes de la liberación de modelos más potentes. También recomendó el etiquetado y una mayor coordinación mundial a la hora de establecer normas sobre esta tecnología. OpenAI, cofundada por Altman en 2015 con el respaldo del multimillonario de la tecnología Elon Musk, ha pasado de ser un laboratorio de investigación sin ánimo de lucro con una misión centrada en la seguridad a convertirse en una empresa. Otros de sus populares productos de IA son el generador de imágenes DALL-E. Microsoft ha invertido miles de millones de dólares en la startup y ha integrado la tecnología en sus propios productos, incluido su motor de búsqueda Bing.
Altman también tiene prevista una gira mundial este mes por capitales nacionales y grandes ciudades de seis continentes para hablar de IA con los responsables políticos y el público.
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