“Downtown 81”: El filme de culto que muestra a Jean-Michel Basquiat antes de ser convertirse en ícono del arte

En estos días, Jean-Michel Basquiat es un nombre tan común como inmortal en las retrospectivas de los museos, en exposiciones y en collabs de moda: su estilo, empapado de política, de refugio y de graffitti, lo había convertido en una leyenda incluso antes de que falleciera de una sobredosis a la edad de 27 años, y el continuo interés por su trabajo (tanto antes como después de su muerte) ha hecho que los precios de las subastas con su nombre suban vertiginosamente. En 2017, una obra de Basquiat de 1982 llamada Untitled que representa un cráneo negro sobre un fondo azul fue vendido por un precio sin precedentes en Sotheby’s, y los diseños del artista han encontrado recientemente su lugar en todo, desde monopatines hasta sudaderas.
Pero antes de convertirse en la superstar del arte urbano, novio de Madonna y BFF de Andy Warhol, una película presentaba a un joven Basquiat casi en el mismo momento en que comenzó a hacer arte: Downtown 81.
Dirigida por el fotógrafo suizo Edo Bertoglio con dirección de arte de Maripol (la fashionista francesa a la que se atribuye la creación del look de Madonna) y producida por el empresario y ex-alumno de la Factory de Warhol, Glenn O’Brien, es justo decir que Downtown 81 no es una película típica. ¿Hay un guión? No, en realidad no. Se trata sobre todo de un tipo que anda por ahí, revisando clubes, saludando a sus amigos, esperando vender un cuadro. Sin embargo, es un documento puro; no se trata de mostrar una escena artística, es parte de la escena artística de inicios de los 80.
La película sigue a Basquiat, entonces de 19 años, en un viaje de fantasía y “cuento de hadas” por el centro de la ciudad de Nueva York en 1981, mientras intenta vender un cuadro para pagar el alquiler. En el camino, se encuentra con un montón de creativos underground como John Lurie, Steve Mass de Mudd Club y Fab Five Freddy, y lleva a la audiencia a actuaciones en vivo grabadas en el estudio móvil que los Rolling Stones usaron para hacer Exile on Main Street y Sticky Fingers. Así lo cuenta Bertoglio:
“No pensamos que Basquiat iba a convertirse en una gran estrella, era solo un chico. Lo conocimos en el Club Mudd. Yo vivía en Broadway y Bleeker y salía a la calle y veía su graffiti en las paredes, y también en el Lower East Side; luego, lo veía en los clubes. Queríamos que la película mostrara una parte de la escena del centro de la ciudad. Lo que lo unía era la música, por eso hay tanta música en la película. Esa era la idea. Luego, elegimos al actor principal, el dueño de la tienda de discos, Danny Rosen. Pero por alguna razón, no creímos que gustara. Glenn tuvo la idea, ¿por qué no le preguntamos a Jean-Michel? Y él estaba más que feliz de interpretar el papel. Basquiat estuvo allí todos los días y minutos del rodaje de la película. Eran diciembre y enero y el clima era duro, pero él estaba allí”.
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Con la intención de destacar una amplia gama de bandas de la época, el presupuesto era tan reducido (Basquiat estaba sin hogar en ese momento, por lo que dormía en la oficina de producción por las noches) que nunca se terminó. Sin embargo, se revivió para el Festival de Cine de Cannes del año 2000. Todo el diálogo tuvo que ser regrabado, pero la música, desde la discoteca latina de Kid Creole and The Coconuts hasta el temeroso punk de DNA y el new wave japonés de The Plastics, se mantuvo. Y aunque no canta, Debbie Harry de Blondie aparece como una especie de hada madrina al final.
Basquiat es una persona tan singular que básicamente justifica la película por sí misma, pero las estrellas del arte con las que el pintor interactúa a lo largo de la película tienen una doble función a la hora de situar a Downtown 81 en un momento determinado del tiempo: en el filme se muestra la Nueva York post-punk, cuando la música no wave estaba saliendo. A lo largo de la película, Basquiat también guía al espectador a conciertos de Kid Creole and the Coconuts, James White and the Blacks y DNA; interactúa con el productor indie punk Marty Thau y la diseñadora Maripol; y sale con el “violinista punk” Walter Steding. Con todo, es un quién es quién del crew de CBGB antes de que CBGB se convirtiera en un eslogan.
“Todos estábamos luchando. La película te lo muestra. El espíritu de Manhattan en la década de 1980, que casi había quebrado una década antes, está en la película. Todos los lofts eran baratos, muchas industrias dejaron la ciudad porque no podían conseguir ningún negocio, así que la gente que vino a Nueva York de todo el país o de Europa, encontró un lugar para quedarse y se expresaron. Era especial entre los artistas. Lo que quiero subrayar es que había una comunidad muy creativa, que no duró mucho, quizás cinco años”.
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Si estás en Nueva York o sus alrededores, una edición recién restaurada de Downtown 81 se estrenará en el teatro Metrograph de Manhattan desde el 24 de octubre al 1° de noviembre, una oportunidad perfecta para darle un vistazo a la era que vio nacer a uno de los artistas más famosos del siglo.
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