El joven diseñador Kiko Kostadinov ha hecho algo casi imposible: devolverle el cool a Mackintosh, una marca con más de 200 años de existencia, y que era conocida por su vestuario utilitario para los días lluviosos que tanto se experimentan en Escocia. Ya lleva cuatro temporadas mostrando sus creaciones sobre la pasarela, y su entrega más reciente en Londres le dio un matiz sombrío a una colección que celebra la primavera/verano del 2018.

En estos días, muchos diseñadores están obsesionados con el vestuario distópico, pero en el caso de Kostadinov, su colección tiene una idea central: el concepto de que la maldad se ha convertido en entretenimiento, y que en el 2017 comprendemos más que nunca. Con un soundtrack inspirado en la cosmología lynchiana de Lost Highway, el creativo de Mackintosh mostró piezas llenas de líneas limpias y casi perfectas en las que seguramente podríamos ver al Patrick Bateman de American Psycho.

Desde piezas entalladas con extraños ángulos hasta conjuntos de ropa deportiva en tono “verde tóxico”, incluyendo pantalones al mejor estilo skinny con muchos cierres y costuras similares a suturas que iban de la axila al abdomen y sacos de acabado clínico con aperturas a través de las cuales un par extra de mangas se anudaban en la cintura, para cerrar con un traje blanco de hazmat que completaba la idea del desfile, metódicamente concebido.

Con un enfoque quirúrgico, oscuro y casi espeluznante, Kostadinov también presentó parte de su colaboración con Asics en el calzado, que incluía detalles en látex sin glamorizar lo sombrío del espectáculo, y que no dejó duda de que incluso en la narrativa de la realidad más macabra, siempre tendremos algo para combinar con ella.

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