David Lynch derrumbó el mito de que los actores tienen que “sufrir” para hacer arte, según Margaret Qualley

La reciente muerte de David Lynch a los 78 años ha dejado una profunda huella en el mundo del cine, y la actriz Margaret Qualley compartió recientemente su admiración por el influyente director. En una entrevista, Qualley recordó cómo la obra de Lynch moldeó su apreciación cinematográfica desde joven, mencionando que Blue Velvet fue probablemente la primera película de Lynch que vio cuando tenía 16 años. “Esas imágenes y la actuación de Isabella Rossellini… siempre estaré inspirada por él”, afirmó.
Qualley también destacó la importancia de la Meditación Trascendental, una práctica que Lynch promovía y que ella considera transformadora. Esta técnica no solo le proporcionó paz mental, sino que también le ayudó a entender mejor su propio proceso creativo. La conexión entre la meditación y la creatividad es un tema recurrente en las reflexiones sobre el trabajo de Lynch, quien creía en la capacidad del arte para florecer en un estado de bienestar.
Uno de los puntos más destacados de las declaraciones de Qualley fue su referencia a las ideas de Lynch sobre el sufrimiento en el arte. La actriz citó al director al decir que “no tienes que sufrir para mostrar sufrimiento”, desafiando así el mito del “artista que sufre”. Según Qualley, esta perspectiva es crucial para los actores, quienes a menudo sienten la presión de experimentar dolor personal para crear un trabajo auténtico. “Es un punto muy astuto”, comentó, enfatizando que el verdadero arte puede surgir desde un lugar de felicidad y plenitud.
Lynch también abordó este tema en profundidad, sugiriendo que el sufrimiento podría limitar la creatividad. En sus propias palabras: “Sufrir reduce. La negatividad es el enemigo de la creatividad”. Esta afirmación resuena con muchos artistas que luchan con la idea de que su dolor debe ser parte integral de su proceso creativo. Al contrario, Lynch argumentaba que el amor por el arte debería ser el motor detrás de la creación.
Qualley subrayó cómo la capacidad de Lynch para explorar todas las direcciones emocionales mientras buscaba la felicidad era “realmente especial”, afirmando que este enfoque holístico hacia el arte puede servir como un modelo para las nuevas generaciones de artistas, quienes pueden aprender a cultivar su creatividad sin sacrificar su bienestar emocional.
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